"Vengo a Calama a ser un pastor, pero también para ser un padre y un servidor"
Ya han pasado 19 días desde que monseñor Tomás Carrasco Cortés asumió como el nuevo obispo de la Diócesis San Juan Bautista de Calama. Durante este período se ha dedicado a recorrer diversas parroquias, tanto en Calama como en el interior de la provincia de El Loa, para conocer el trabajo que se está realizando y, particularmente, a los fieles católicos que estuvieron casi un año esperando su llegada.
¿Cómo han sido estas primeras semanas como obispo de Calama?
-Estoy conociendo todavía la Diócesis, conociendo también los sacerdotes, religiosas, fieles y sobre todo también las instituciones que la Iglesia tiene. Entonces, han sido días para conocer, para también ir descubriendo, un poco, la geografía de la Diócesis en los pueblos del interior, los he acompañado en algunas celebraciones, pero que todavía no han sido muchas, pero ya he conocido algunos de los pueblos del interior donde hemos podido celebrar, podido conocer también la religiosidad popular. Sin duda que hay mucho que conocer y mucho que aprender también y estamos en eso.
¿Y cómo ha sido la recepción de la gente, de los fieles?
-La verdad, ha sido una recepción muy buena, muy abiertos. He descubierto que estaban esperando al obispo, no porque sea el obispo Tomás Carrasco, sino que el obispo que Dios le hubiese mandado para acá habría sido bien acogido, como lo ha hecho conmigo. Desde mucho tiempo he estado orando para que llegara el mismo obispo y desde el momento en que el Papa me anunció esto de la elección para venir a Calama, han estado ellos muy abiertos a recibirme, también a compartir la fe. Y hoy día, de las comunidades que he visitado tanto en la ciudad de Calama como en el pueblo de Interior, ha sido una escogida muy fraterna, muy de iglesia, con una mirada también muy amplia en lo que significa el servicio a su iglesia.
¿Ha sido muy fuerte el cambio desde Los Ángeles a Calama?
-Ha sido una gran diferencia, porque el primero, el clima, la geografía son muy distintos. Estamos a 2.070 kilómetros de distancia y con una diferencia inmensa. Aquí tenemos el aire, por ejemplo, seco. Allá hay un aire húmedo. Tenemos mucha lluvia en este tiempo, temperaturas bajas y que no suben mucho en el día, pero uno estaba acostumbrado, y eso fue lo primero que extrañaba un poco. Pero ha sido muy agradable estar en Calama. Eso sí que es un poquito resfriado, porque el clima. En general, hay un cambio grande, pero en las personas ha sido, yo creo que ahí está la hermosura de Calama, las personas han tenido una apertura muy grande en general, no solamente en el ambiente católico hasta el momento, ha sido con una acogida muy favorable.
Siento que es un lugar de mucha hermosura, no desde la visión de turista, hablando de la parte geográfica. Yo me he dedicado más bien a la misión que Dios me envía, que es las personas y he encontrado allí una gran hermosura. He encontrado allí esa apertura, un don de gente muy grande. Y si me preguntas hoy día si Calama, me gusta. Me ha gustado mucho en estos días que estoy acá.
Esta es su primera experiencia como obispo y se le designó la Diócesis en Calama.
-Sí, esta es mi primera experiencia como obispo, pero como sacerdote tengo 22 años. Como sacerdote trabajé mucho tiempo en parroquias y también en muchos movimientos, grupos en Diócesis y Dios me ha llamado para este servicio, primero inesperado, fue una sorpresa muy grande, pero también muy confiado, porque te das cuenta que este es un regalo de Dios. Y si lo pudiera así resumir en dos palabras, diría que es un don de Dios muy grande lo que me hace un regalo y un misterio, porque las palabras no alcanzan a abarcar su totalidad. Pero es que también uno lo reconoce que va en envases frágiles que somos los seres humanos. Pero vengo a Calama a ser un pastor, pero también para ser un padre y un servidor de esta iglesia.
Esta zona se caracteriza por sus fiestas religiosas, como la de la Virgen Guadalupe de Ayquina, ¿qué le parece este tipo de religiosidad?
-Este es un aprendizaje nuevo, es ir conociendo lo que Dios hoy día entrega, que es esta Piedad Popular, pero que se expresa a través de los bailes religiosos. Y es verdad que quizás mirado desde fuera, uno puede decir si hay un sincretismo, pero también hay una fe profunda, hay un amor a la Virgen María. He descubierto que a través de esta piedad, que tiene un sentido muy trascendente, posee un alto nivel de oración. Expresan su oración a través del baile, a través de la expresión del amor a Dios y por María. Pero también a través de la danza y del canto, he descubierto que hay un amor muy grande a la Virgen María y que sin duda, desde la Virgen María hacia el corazón de su Hijo Jesucristo.
No puedo, a lo mejor, dar muchos detalles porque todavía estoy recién adentrándome, tengo que conocer, tengo que ser parte también de ello. Pero hasta el momento doy gracias a Dios que por esta hermosa piedad a través del baile religioso, por este amor a María, por este amor a la Iglesia y a Jesucristo, porque si no tuvieran esto, yo creo que no habría un amor tan grande como lo hay hoy día, a lo que nosotros también amamos dentro de la Iglesia.
Hay una fe que se ha conservado, se ha transmitido de generación en generación, a través también de las tradiciones y eso es fundamental. Es verdad que sí habrá que mirar después con más calma en qué podemos ayudar, en qué podemos fortalecer y juntos a lo mejor seguir creciendo y caminando.
¿Qué mensaje le entregaría usted a la comunidad de Calama, a los fieles católicos a la comunidad de Calama en general?
-Primero, el primer mensaje que le dejaría sería que como provincia de El Loa, tanto este obispo que está hablando hoy día, como también todas las autoridades estemos siempre dispuestos a servir. Que ese sea nuestro objetivo, que si Dios nos ha llamado para ser autoridad, sea una autoridad que siempre esté con su fin último y el fin último de una autoridad, Dios la pone para servir. Y que eso sea la prioridad en todos quienes se sientan autoridad aquí en Calama, partiendo por quien habla.
Lo segundo, como Iglesia, que podamos siempre manifestar la unidad. Hay una frase de Jesucristo en la oración sacerdotal del Capítulo 17 de San Juan que dice que "sean uno para que el mundo crea". Que la unidad en nuestras Diócesis de Calama, ojalá esté siempre presente para que el mundo crea.
Tercero es cómo podemos nosotros como católicos no solo parecer sino que lo seamos. Y por eso no dejar de hacer lo que hace un católico, ¿y qué hace un católico?, un católico se alimenta de lo que la Iglesia entrega, que es la vida sacramental, no dejar la Eucaristía, no dejar sus sacramentos, porque eso es propio católico, el amor a María, que sigue estando muy presente, pero también el amor a la Iglesia. Y desde este amor a la Iglesia abrirnos siempre a servir en la caridad, que sea una iglesia solidaria, que se abra al servicio de la caridad sin mirar rostros, no mirar color político ni religioso, ni nacionalidad, sino que abrirnos a la caridad para todos. Que todos sepan que tienen en la Iglesia cabida, no sobra nadie.
"Dios me ha llamado para este servicio, primero inesperado, fue una sorpresa muy grande, pero también muy confiado, porque te das cuenta que este es un regalo de Dios".