Estar a la altura
César Trabucco , Sociólogo
En medio de una nueva crisis institucional, a las que las elites nos tienen ya acostumbrados, debemos concurrir a las urnas en un nuevo ejercicio de hacer nuestro mejor esfuerzo para que no se venga abajo toda la estantería que ha tomado tiempo levantar para hacer posible esta endeble democracia.
Mientras las elites juegan a traspasarse poder por todos los medios ilícitos posibles la gente solo puede incidir en articular estas redes a través del método democrático, el ejercicio del voto, público y transparente que inviste legitimidad en sujetos que merecen su aprobación y confianza
Este fin de semana hemos sido convocados a definir lo que podríamos llamar el poder territorial investido de autoridad, la racional legal, en términos weberianos, así los ciudadanos vecinos de un cierto territorio eligen su gobernador, su alcalde y los órganos colegiados que le acompañan en la gestión que les es asignada.
Al momento de ejercer el voto, el vecino de un territorio opta por los distintos proyectos de gestión que les fueron propuestos, esto no incluye gatos, como tal, por los distintos candidatos que han definido desde su perspectiva cuales son los mejores caminos para la ciudad y la región. Nos han presentado el sueño que los acompaña como brújula en su hacer futuro.
En el momento de ejercer el voto el ciudadano construye institucionalidad, la misma que después algún descriteriado, tratara de burlar pasando por fuera de la ley, haciendo asignaciones directas, favoreciendo amigos, nombrando parientes etc., lamentablemente la lista es larga, en este hacer y practicar la democracia como institución fundamental, los ciudadanos defendemos una cierta forma de lograr una sociedad que es capaz de funcionar satisfaciendo las necesidades de, ojalá, todos y no solo algunos pocos.
Así nuestra forma de compromiso con la sociedad, más que con un partido u otra forma de organización es el nivel de compromiso con mi territorio contribuyendo de esa manera a definir quien tomara las decisiones que afectaran mi vivir y como en conjunto vamos definiendo la arquitectura de mi entorno.
Elegir gobernador, alcalde y los órganos colegiados que les acompañan, no es un ejercicio frívolo que pueda ser ejercido por razones de segundo orden. No es una lotería para otorgar apoyos por simpatía.
La salud, la educación, la infraestructura, la seguridad podrían estar en manos equivocadas si cada vecino se priva de ir a votar o lo toma como una obligación tediosa que da lo mismo como se resuelve.
Los años que vienen, al parecer contaremos con más recursos para, la región y los municipios, esto puede representar una oportunidad real de dar un salto importante hacia el futuro. No desestimemos esta posibilidad los antofagastinos del futuro nos observan. Ellos después dirán si estuvimos a la altura o nuevamente nos farreamos la oportunidad.