El alto costo de la educación infantil
Se requieren medidas que alivien esta carga financiera, como mayor subsidio estatal, incentivos para que las empresas apoyen la educación, entre otros. Esta semana se inauguró un nuevo jardín infantil en la capital regional. Este es el camino para comenzar a cambiar las cosas. La inversión en educación inicial debe ser prioridad.
El acceso a salas cuna y jardines infantiles de calidad se ha convertido en un desafío económico para las familias chilenas, y la Región de Antofagasta no es la excepción. Según un reciente estudio de Edenred Chile, en 2025 el valor promedio de las salas cuna en la región alcanzó los $516.846 mensuales, un incremento del 2,8% respecto al año anterior. Si bien no es el mayor aumento del país, Antofagasta sigue estando entre las tres regiones con los costos más elevados, solo superada por Los Lagos y Los Ríos.
El problema no se limita solo a las salas cuna. La educación preescolar en general presenta precios que en muchos casos rivalizan con los de colegios particulares. Un estudio de Pluxee reveló que la mensualidad promedio de los jardines infantiles en la región es de $399.514 este año. Para muchas familias, estos montos resultan inalcanzables sin algún tipo de subsidio o beneficio laboral.
En regiones como Coquimbo, donde el alza fue del 6,4%, se vincula al crecimiento demográfico y a la mayor demanda de cupos. En Antofagasta, la realidad es similar: la región concentra gran actividad económica, pero también un alto costo de vida, lo que impacta directamente en los precios de la educación inicial.
Es necesario que las políticas públicas avancen en soluciones concretas. Si bien existen jardines infantiles gratuitos de la Junji e Integra, la cobertura sigue siendo insuficiente y la falta de cupos deja a muchas familias sin alternativas accesibles.
El acceso a la educación inicial no debe ser un lujo, sino un derecho garantizado para todas las familias. Si queremos fomentar la natalidad, la igualdad de oportunidades y la inserción laboral de las madres, debemos avanzar en políticas que permitan que más niños y niñas puedan acceder a una educación de calidad sin que esto signifique un sacrificio económico insostenible para sus familias.