Adasa propone nexo con desaladoras mineras para enfrentar los desastres
AGUA. El reciente megacorte de energía volvió a mostrar algunas fragilidades del sistema.
Hace pocos días, el Coordinador Eléctrico Nacional (CEN) entregó nuevos detalles del apagón que afectó a 14 de las 16 regiones de Chile durante la tarde del 25 de febrero del presente año, obligando a que el Gobierno decretara toque de queda: El organismo responsabilizó a ISA InterChile de provocar lo ocurrido con una maniobra no informada y sin el permiso de trabajo respectivo.
Por la gravedad de lo acontecido, las investigaciones y análisis están en plena marcha, uno de los cuales se relaciona con el problema del agua en nuestra región.
Desalación
La ciudad de Antofagasta, y el 100% de Mejillones, son abastecidas fundamentalmente por la Desaladora Norte (operada por Aguas Antofagasta, Adasa) que tenía hasta ese momento una producción de 932 litros por segundo (l/s), planta que dejó de funcionar apenas ocurrió el corte.
El consumo total aproximado de la ciudad es de 1.300 litros, margen que es cubierto por el agua traída desde la cordillera. Desde el corte, la desaladora estuvo 5 horas y 40 minutos sin suministro, lo que comenzó a restablecerse a las 21.40 horas del día 25 con una impulsión de 130 l/s, lo que se sostuvo por algunos minutos, pues a las 21.56 horas el sistema volvió a caer. A las 22.01 horas el sistema se reinició con una producción de 190 l/s, pero a la 23.48 horas todo volvió a cero, fenómeno que se repitió en más ocasiones (ocho en total) hasta que a las 16.44 horas del 26 de febrero se alcanzó una producción normal.
A pesar de que Aguas Antofagasta posee 45.000 m3 de agua en estanques de seguridad, lo que garantiza nueve horas de autonomía, hubo problemas de abastecimiento durante varias jornadas en varios puntos de la ciudad.
¿Por qué un recurso estratégico no cuenta con energía de respaldo? ¿Qué pasaría en un corte más extenso, o ante la ocurrencia de un terremoto y tsunami?, son las preguntas que siguen rondando.
Gal Israeli, director de emergencia Aguas Antofagasta, explicó que la cantidad de energía que requiere la operación de Planta Desaladora Norte Antofagasta, hace inviable la construcción de un sistema de soporte energético de 36 Mega Watts.
Para poner en perspectiva, detalla, esto es equivalente al consumo de 50.000 viviendas (cuatro veces Tocopilla) y una superficie de 1,5 canchas de fútbol profesionales, con circuito permanente de 80 camiones de combustible de 30 metros cúbicos cada uno diarios, para abastecer los grupos generadores requeridos.
"Desde el 2019 nosotros hemos diseñado un sistema de soporte energético que permita mantener producción de una parte de la Planta Desaladora, lo que no ha podido avanzar debido a las restricciones que presenta el Plan Regulador de Antofagasta, el que no se ha modificado en más de 10 años, impidiendo el uso de suelo para estos fines en el sector aledaño al recinto Planta Desaladora Norte". Y añade: "Afortunadamente, estamos en un trabajo compartido con la actual administración municipal, que nos permitiría avanzar en este tema. Una de las posibilidades es contar con un plan seccional para el sector La Chimba, lo que permitiría avanzar en destrabar este problema, ya que hoy existen proyectos, existen inversiones pero no se pueden materializar por la incompatibilidad del uso de suelos".
¿Cuáles fueron los mayores problemas?
-Primero la intermitencia e inestabilidad del voltaje del suministro eléctrico, relacionado con el hecho que la región de Antofagasta fue la penúltima a nivel nacional en recuperar la electricidad. Otro de los inconvenientes fue la falta de certezas en cuanto a los tiempos en que se retornaría a la normalidad el suministro eléctrico, asociado al escalafón de prioridades a nivel regional.
Por otra parte, la falta de energía eléctrica fue un gatillante para el aumento de los ilícitos relacionados al robo de agua en la red que abastece a Mejillones, lo que generó mayor estrés al sistema de abastecimiento en general. Desafortunadamente, estos hechos no son aislados y es, particularmente en situaciones de crisis, donde más aumentan estos delitos, que ponen en riesgo la continuidad del servicio a la comunidad.
Trabajo con industria
En situaciones críticas, la propuesta de Adasa es que las desaladoras de la gran minería entreguen parte de su agua (cruda, no potable) para que ellos la traten con el fin de que quede apta para el consumo humano. Según sus estimaciones, la planta de Escondida|BHP en Coloso, que produce más de 4 mil l/s, sería un suministro alternativo para la ciudad de Antofagasta; la desaladora de Spence (1.000 l/s), para Mejillones y la que levanta Codelco en Caleta Viuda y que producirá 840 l/s, ofrezca una alternativa para Mejillones.
En el pasado Cogrid propusieron gestionar un vínculo con las demás desaladoras industriales en caso de enfrentar catástrofes. ¿Cómo funcionaría aquello?
-Esta idea está en desarrollo y estamos acercando posiciones con algunas compañías mineras de la zona, para contar con interconexiones hídricas entre sus faenas y nuestra planta, en caso de emergencias catastróficas, lo que nos permitiría tener soluciones de emergencia. Sin duda se trata de una necesaria convergencia entre actores públicos y privados que nos permitiría entre todos aumentar la resiliencia del abastecimiento de agua, para el consumo humano en la ciudad de Antofagasta. Evitando así, que las complejas condiciones o posibles fallas en los sistemas, afecten de forma prolongada a nuestra comunidad.
En términos generales, se está hablando en ejecutar obras de interconexión entre las distintas plantas desaladoras de la región con el fin de utilizar sus capacidades para amplificar la robustez del sistema de abastecimiento de las ciudades costeras a nivel regional.
¿Qué labor realizaría Aguas Antofagasta?
-Es importante aclarar que estamos en las primeras etapas de estos potenciales proyectos conjuntos, por tanto los deberes y responsabilidades de cada actor aún no están definidas y es algo que hay que conversar en mesas público-privadas, donde agradecemos la participación e interés demostrado por nuestras autoridades, quienes son clave para el avance de estas propuestas y para determinar la manera más efectiva, eficiente y de mediano plazo de lograr materializar estas obras de seguridad a nivel regional.