Eclipse de conciencia social
"Una ciudadanía que responde sólo a amenazas, simplemente no ha sido educada con una formación de conciencia". Pedro Aranda Astudillo, Fundador de la Corporación Gen
Nuestro País ha vivido en el embrujo del consumo, encapsulado en la burbuja del desarrollo por el desarrollo… Convenció a la OCDE integrarse entre los "grandes países". Pero debajo de su alfombra de Aladino tenía un hervor de desigualdad social que devino en el "estallido social", más bien fue una explosión social donde los fuegos se asomaban en los múltiples lugares de ciudades. Un sector social en máxima agresividad desafió todo a su paso sobrepasando al orden público.
Chile quedó rayado de violencia en sus paredes, y todas sus puertas y ventanas debieron acorazarse. El corazón de chile se replegó en dolorosa congoja, si bien su primera manifestación multitudinaria fue con el resonar festivo de las ollas vacías.
Esto fue la antesala a la irrupción del coronavirus que nos trajo macabras consecuencias, pero a su vez aplanó la humanidad convirtiéndola sin excepción a la máxima vulnerabilidad frente a su invisible rostro de muerte.
Todos los escritos desde siglos por la hermandad humana fueron solo aspiraciones… el covid-19 nos impuso que unos a otros debemos cuidarnos, que debíamos redescubrir la vida de hogar, que los verdaderos héroes de vida son quienes entregan sus vidas en los hospitales por sus conciudadanos contagiados… Que la verdadera sociedad es la reciprocidad entre sus ciudadanos… (Ya tendremos el tiempo de reconocerle al tsunami viruloso sus lados positivos que le dejará a la inconsciente soberbia humana)
Ante la invasión del covid-19 la ciudadanía ha mostrado un comportamiento social, quizás ya marcada por sus y tantas rebeliones sociales de desobediencias a los dictámenes de las autoridades. Más grave aún una ciudadanía que vive "en la vereda del frente de lo oficial". Una sociedad con el virus del individualismo consonante a un sistema competitivo.
La inconciencia social fue proclamada desde la honestidad del Presidente Arturo Alessandri cuando se dirigía a sus ciudadanos: "Mi adorada chusma inconsciente". José Ortega y Gasset: "Yo soy yo y mis circunstancias". Los sistemas sociales que "desalojan" la conciencia a las personas pasan a ser una masa humana. Ortega y Gasset vaticinó, "La rebelión de las masas".
Una persona, una ciudadanía que responde sólo a amenazas, simplemente no ha sido educada con una formación de conciencia. Una persona, una ciudadanía que hace de su vida solo para trabajar, de vivir para tener; una persona, una ciudadanía que vive en la desconfianza hacia los demás; una persona, una sociedad estresada, sin tiempo y espacios de solaz queda a la deriva de los flujos reflujos del acontecer sin poder ver más allá de su metro cuadrado. Echamos de menos en eruditos sociales que en sus análisis la conciencia es un punto ciego. La conciencia es un templo que para entrar a ella es en silencio…. Nuestra conciencia es la cuna de la maravillosa libertad que se esposa en responsabilidades para una solidaria convivencia.