"Tomemos distancia para volver a abrazarnos"
IDENTIDAD. Dagoberto Tillería Velásquez, consejero regional.
Dagoberto Tillería Velásquez es el segundo de cuatro hermanos, todos antofagastinos. Él nació en 1976 y desde entonces nunca se ha separado de la región.
Comercialino, contador de profesión y relacionador público, actualmente estudia Ingeniería en administración pública.
"Actualmente estoy empezando un nuevo proyecto de vida, muy feliz, junto a una gran mujer y con la esperanza de que, con Luz María mi pareja, nos proyectemos y consolidemos en el tiempo, pues en ella he encontrado un gran apoyo".
¿Qué era lo mejor de ser niño?
- Ser niño justamente. Fuimos de una generación que disfrutó de sus amigos del barrio, jugando a la pelota, nos pasábamos a buscar, sin mayores preocupaciones, lamentablemente de una u otra forma esto se ha ido perdiendo, ahora la tecnología atrapa y aísla a los niños.
¿Qué libro cambió tú vida?
- "Las consecuencias económicas de la paz". No tanto como cambiar la vida, pero es muy interesante, confirmándome la orientación respecto a un modelo económico estable y sostenible, como lo es el pensamiento de J.M. Keynes, modelo que perfecciona el paradigma neoliberal, propone una intervención estatal para corregir las desviaciones generadas por la debilidad en la oferta laboral, promoviendo iniciativas para el fortalecimiento e incremento del empleo, lo que a la larga supone un retorno de los recursos invertidos, yo creo que esos planteamientos están a la orden del día hoy en 2020.
¿Qué suele ser lo primero que piensas al despertar?
- Repaso mentalmente mis actividades del día, ya que de ahí deriva por ejemplo que vestimenta usaré durante mi jornada, si es formal o un poco más deportiva… No es muy profundo mi primer pensamiento del día, es más bien pragmático (ríe).
¿Por qué te dedicaste a la política?
- No soy de familia con historia política, pero siempre he estado ligado a lo social, abracé el servicio público y mi ingreso a un partido político, la UDI, tuvo que ver con esa vocación y la convicción de aportar para el desarrollo. Además, he sido dirigente deportivo (CDA), dirigente sindical, pero nunca me imaginé al momento de ingresar al mundo político, aspirar a cargos de elección popular, esto se fue dando por un trabajo constante y desinteresado. Sin embargo, debo confesar que no tiene precio, y pocas cosas satisfacen tanto como defender los intereses de una comuna, región y país. Por eso me permito reafirmar acá que yo creo en la alta política, en la que llega acuerdos por el bien de la comunidad, en la que crea el espacio para discutir proyectos con altura de miras, cada uno con sus argumentos en beneficio de la gente, la política que ve en el militante del partido opuesto un adversario político, no tú enemigo.
¿Cuál es la clave para ser feliz?
- El estar tranquilo con uno mismo, el dejar vivir y no estar preocupado del otro, el buscar la satisfacción en las cosas simples de la vida, ser empático, ver tus hijos crecer, y buscar caminos para tus metas personales, en fin… La felicidad son momentos fugaces, por eso uno debe disfrutar la construcción de aquellos momentos, que al fin y al cabo son esos que nos caracterizan.
¿Qué cosa identifican al nortino?
- ¡Sus colores! Su amplia y rica paleta de colores. Desde el color del cerro, a diferentes horas del día, pasando por el cobre, camisetas naranjas, los colores de nuestra querida albiceleste, el mar, la piel de nuestros pueblos originarios, la de los inmigrantes que vienen aportar, todo lo que constituye nuestro norte como un lindo lugar para vivir.
¿En días tan complejos, que consejos te permitirías darle a la gente?
- Lo primero es cuidarse, no exponiéndose uno y al resto de forma innecesaria, pero también debemos aprovechar para apreciar las cosas que hoy no podemos hacer y que luego podremos. Muchos hemos dejado de ver a nuestras familias, a nuestros padres, limitamos nuestros quehaceres diarios, eso nos hará, en el futuro, valorar más a nuestros seres queridos y cuando pase todo esto, seremos mejores hijos, padres y personas. Esto no es un juego y cuando salgamos de este episodio, deberemos ser más conscientes y por ende más fuertes. Tomemos distancia, pero no nos alejemos; tomemos distancia para volver a abrazarnos.