Aumento de los campamentos
Una tenue luz de esperanza es que ya hay más empresas interesadas en los segmentos más bajos de vivienda; aquello y el apoyo público, son fundamentales. La primera impresión es que se trata de un efecto más de una crisis económica enorme, pero también debe decirse que es un fenómeno que lleva años en nuestras ciudades y que solo ha empeorado con el tiempo.
En una hectárea y media, aproximadamente aumentó la superficie de los campamentos en la capital regional durante el último año, a base del análisis realizado por el Instituto de Políticas Públicas de la UCN.
La conclusión está construida sobre las imágenes satelitales disponibles, las que explicitan el avance de estos asentamientos, en especial en el borde cerro de la ciudad, sectores de alto riesgo para la vida humana por la posible ocurrencia de aludes en días de fuertes precipitaciones.
Pero debe decirse que lo mismo ocurre en Calama, Taltal y San Pedro de Atacama, entre otras comunas y localidades.
Debe recordarse que si en 2011 había 29 campamentos en la Región de Antofagasta, la cifra se empina hoy por sobre los 73, confirmando la magnitud del problema en la zona norte. Antofagasta, Mejillones, Calama, San Pedro de Atacama y Taltal, parecen tener las situaciones más complicadas.
Y debe entenderse que este es un problema nacional. Al menos 802 asentamientos existen actualmente en Chile, de los cuales 60 se ubican en zonas de riesgo de incendio, derrumbe o inundaciones, según los resultados preliminares del catastro del Ministerio de Vivienda y Urbanismo. Muy seguramente, todos estos sitios presentan fragilidades tremendas para enfrentar la actual pandemia.
La primera impresión es que se trata de un efecto más de una crisis económica enorme, pero también debe decirse que es un fenómeno que lleva años en nuestras ciudades del Norte y que solo ha empeorado producto de la ausencia de una política pública que aborde el acceso a la vivienda de los sectores más postergados.
Tampoco hemos tenido la fuerza para impedir que ello ocurra, tanto en este gobierno, como en el anterior tuvimos incluso autoridades que incumplieron sus obligaciones al respecto.
La Región de Antofagasta tiene aquí uno de sus principales desafíos de cara al futuro. Un ineludible que exigirá esfuerzo y planificación urgente.