El Líbano y el doloroso día después de la devastadora explosión en Beirut
TRAGEDIA. Ayer ascendió a 135 la cifra de fallecidos por el estallido de una bodega con nitrato de amonio en la ciudad portuaria, que dejó como saldo cinco mil heridos y a 300 mil personas sin hogar.
El día después a la explosión de más de 2.700 toneladas de nitrato de amonio que se encontraban en un almacén en el puerto de Beirut desde que fuera confiscada de un carguero en 2014, y que devastó a un inmenso territorio de la ciudad portuaria, dejando como resumen, al cierre de esta edición, 135 muertos, 5.000 heridos, 300 mil ciudadanos sin hogar y un cráter de unos 140 metros. Con esa cuya traumática imagen tuvo que despertar ayer el país.
El antes y el después movilizó a las autoridades libanesas en la búsqueda de posibles culpables del acopio del material explosivo y ayer los responsables del depósito quedaron con arresto domiciliario, mientras los responsables del Gobierno disponían de todo tipo de ayuda para la contención emocional de una nación devastada por el dolor.
El temor de la pandemia del coronavirus se hizo presente también en Beirut, mientras el país fue declarado zona de desastre.
Junto a las imágenes del puerto devastado, relatos de personas que literalmente "volaron" hacia el mar y barcos que quedaron semivolcados en la bahía, el rescate de sobrevivientes movilizó ayer el apoyo de varios mandatarios, entre ellos el del presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien anunció visita al país asiático; de Jair Bolsonaro, que aseguró ayer una "ayuda concreta" de Brasil para el gobierno del Líbano; o del presidente chino Xi Jinping, quien le remitió un mensaje de condolencias a su homólogo libanés, Michel Aoun.