Onda corta, buena onda
Con diez años apenas, viajamos -vía marítima- al centro del país. Fue el año 1956, el de nuestra primera excursión a ese Chile sureño, distante, que solo conocíamos a través del "Lector Chileno" con que aprendimos nuestros deberes escolares.
Como era de esperar y para congraciarnos con nuestros familiares anfitriones, entonamos varias canciones que causaron extrañeza en aquellos. Tangos, valses peruanos y uno que otro huayno que nos aplaudieron con caras de sorpresas.
Hubimos de dar nuestras razones. La abuela nos echó una mano. En aquellos años la radio -en onda corta- nos ponía al alcance la recordada LR9 - Radio Belgrano de Buenos Aires; el sábado por la noche, se escuchaba la Radio Nacional de Arequipa, Perú… Y muy de mañana, la radio "Huanuni y Colquiri", transmitiendo desde el altiplano. Entonces, oíamos a Charlo, Carlos Dante, Argentino Ledesma… A "Los Vargas", "Los Kipus" y "Los Llopis"… Raúl Show Moreno, Luis Mariano y Bobby Capó. Y de ellos aprendimos sus "hits", promovidos por los "disc jockeys" de entonces.
Curiosamente, las radios chilenas eran poco escuchadas. Se argumentaba que el "chicharreo" que impedía oírlas con claridad, se debía a que "estaba mala la atmósfera", explicación que aceptábamos de buenas a primera. Solo el "Reporter Esso" nos informaba al mediodía, con noticias del Chile central y centralista de entonces y de hoy. El noticiero "Anaconda" nos convencía de las ventajas de tener el cobre chileno en manos extranjeras. Escuchar "las partidas" el domingo por la tarde era un verdadero albur. A veces, terminaba el partido y no se sabía el resultado.
Hoy, la tercera edad nos da tiempo para recordar y analizar lo que sucedía en aquellos años, en que Chile nos daba la espalda y la soberanía en el espacio radial, la ejercían los países vecinos. De allí esta especial identidad que tenemos los nortinos todos. No es difusa ni nada que se parezca. Está definida por esos matices de quienes -en aquellos tiempos- estaban cerca de nosotros a través de las radios de "onda corta" que -de verdad- sí que eran "buena onda".
Jaime N. Alvarado García, Profesor Normalista-Periodista-Escritor