La Casa de Salud
Aunque su pasada existencia sabía solo a horrores y muertes, el lazareto quedó desocupado a fines de los años veinte del siglo pasado. La viruela había mermado sus índices y la bubónica no era más que un mal recuerdo. Ubicado allí en Matta arriba, equidistante del ex -cementerio de los pestosos y la Morgue Municipal, la ciudadanía miraba ese recinto con justificado recelo.
Pero una feliz iniciativa se concretó en septiembre de 1941. La Segunda Guerra Mundial traía negros presagios para la humanidad, a los cuales Antofagasta no podía sustraerse…Porque un nuevo peligro amenazaba -tanto- como las balas que menudeaban en el teatro de la guerra: la tuberculosis.
Se reparó el añoso edificio y comenzó a funcionar como Casa de Salud, para pacientes que solo necesitaban reposo. Se le denominó Hospital Auxiliar "Carlos Ibáñez del Campo" y hasta fines de los años 50, estuvo destinado solo a los enfermos de tuberculosis. La iniciativa, liderada por el director del Hospital "El Salvador", doctor José Avilés, contó con el apoyo del Intendente Arturo Ramírez, del alcalde Héctor Albornoz y la Visitadora Social Elena Pizarro.
En medio de un ambiente pleno de vegetación generosa, palmeras y eucaliptus, el nuevo recinto contaba con una amplia cocina; una sala común para mujeres, con 24 camas. Una para hombres con 20 camas y un pensionado con varias salas. Amplios corredores, bien aireados y soleados, brindaban a los enfermos la posibilidad de un reposo pleno, en un entorno "donde solo se respira salud y bienestar", como lo afirmó el propio doctor Avilés.
Como se recordará, Chile se vio afectado por la tuberculosis durante largos años. Una enfermedad altamente contagiosa que dañó a muchos connacionales, que debían internarse en "sanatorios" y "hospicios". Estos eran centros de tratamiento para pacientes con TBC, que estaban ubicados en territorios de clima seco, condición que aseguraba la recuperación para quienes sufrieron ese terrible flagelo. El recordado "Hospital Auxiliar de Antofagasta" funcionó hasta fines de los años cincuenta, liderado por el connotado galeno Dionisio León.
Jaime N. Alvarado García. Profesor normalista, periodista y escritor