"Antofagasta es sí misma es una pieza de arte, realizada por diversas generaciones"
ANTOFAGASTINIDAD. Erik Portilla Muñoz, secretario general ejecutivo de la Corporación Cultural de Antofagasta.
Amante de la música, abogado y gestor cultural, Erik Portilla Muñoz, a sus 38 años se siente feliz por lo alcanzado a la fecha.
Desde su llegada a la Corporación Cultural de Antofagasta (CCA) como secretario general ejecutivo, cuenta que prácticamente conoce a casi todos los artistas locales y agrupaciones regionales, "con quienes tengo muy buena relación", asegura.
¿Cómo nació su lazo con la música?
-Por influencia de mi hermano mayor, quien siempre estuvo ligado a la música y en específico al folclore, a quien vi desde pequeño en los diversos escenarios en los que se presentaba en Antofagasta junto a los grupos musicales en los que participaba.
De hecho, fue él quien me incentivó a experimentar las diversas expresiones de arte, ayudándome por intermedio de sus contactos para poder obtener una matrícula en la Escuela de Desarrollo Artístico de Antofagasta. Me refiero a la mítica EDA F-60, donde di mis primeros pasos en la música de la mano del recordado maestro Raúl Ortega.
Les contaré algo que muy pocos sabían, también incursioné en el ballet clásico junto a la profesora Nolvia Rojas en la misma escuela, lo que me llevó a asimilar en parte la amplitud y lo multidimensional que poseen el arte en sí mismo.
En la actualidad soy director general de la Tuna Tabardos de Antofagasta, hace ya nueve años y como integrante de la misma más de dos décadas. Labor que he desarrollado siempre muy influenciado por mi hermano Osvaldo Portilla, a quien le debo mucho, porque vi su pasión y entrega, al igual que los demás fundadores de la agrupación, con lo cual mi camino estaba súper claro.
La Tuna Tabardos es una institución que tiene una historia única ligada a Antofagasta, ¿cuéntenos sobre aquello?
-Así es, en realidad estamos en el ADN de nuestra Perla del Norte. Una institución con 33 años de vida artística, que tiene un largo recorrido en los diversos escenarios de nuestro país, representando a nuestra amada ciudad de Antofagasta en un sinnúmero de certámenes como por ejemplo: el Festival de Folclore de San Bernardo, Festival de Folclore de Villa Alemana, Festival de Folclore Brotes de Chile de Angol, Festival del Huaso de Olmue y también encuentros de Tunas en casi todo Chile, con giras por Europa en tres oportunidades, siendo embajadores culturales de nuestra ciudad, donde quiera que vamos.
Con esta trayectoria sin duda pasamos a ser parte importante de la cultura local, compartiendo semana a semana, bueno cuando se podía (antes de la pandemia de Covid-19), con diversas familias antofagastinas que requieren nuestros servicios para amenizar sus más variadas fiestas familiares y vecinales.
¿Como antofagastino, cómo ve ligado el arte y la cultura con la historia de la ciudad?
-Antofagasta es sí misma es una pieza de arte, realizada por diversas generaciones de gente nacida o que adoptó esta tierra como propia. Por lo tanto, el arte se vincula a nuestra cultura, donde obtiene los ingredientes de fortaleza, sacrificio y rigor, tal como lo expresa en sus letras Antonio Rendic, en nuestro himno comunal.
Si analizamos con detención, nos daremos cuenta que nuestra historia está escrita con el vínculo perfecto entre arte y cultura, constituidos en nuestros poemas, nuestras canciones, nuestras melodías y nuestra danza, entre otras. El que diga lo contrario, no es antofagastino.
¿Cómo ha sido vivir estos meses en pandemia?
-Desde un punto de vista laboral ha sido gratificante, porque hemos renacido como CCA, logramos reinventarnos, posicionarnos como la corporación más importante del norte grande y dentro de las 10 mejores de nuestro país, eso sin duda es algo que me tiene muy orgulloso junto al equipo que trabaja conmigo.
Desde el punto de vista personal, un poco más complejo, pues ha sido de mucho cuidado, de ser bien estricto con las medidas de higiene, ya que mi madre es adulto mayor y además, tengo una hija pequeña de 5 años. Ellas son mi todo, por lo tanto, he debido extremar los esfuerzos para no contagiarme.
¿Cuál es su receta para ser feliz?
-Mi receta. Ufff… difícil pregunta, pero creo que es hacer con amor todo lo que uno se proponga, ya sea familia, trabajo y amigos. A no medir consecuencias, en dar todo lo que uno tenga tratando de ser la mejor persona posible.
Un gran desafío es aprender a querernos más entre todos y aceptarnos tal cual somos, creo que eso nos falta, decirnos cuanto nos queremos y a pedir perdón por nuestros errores.
Aprovecho esta vitrina para ofrecer mis disculpas a todos quienes les he causado algún mal rato en alguna etapa de mi vida.