Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Espectáculos
  • Clasificados
  • Servicios
  • Deportes

Cavilar, es tiempo de

"Se necesita empatía por parte de los funcionarios de la salud como herramienta para establecer canales de comunicación efectivos". Raúl Caamaño Matamala, Profesor Universidad Católica de Temuco
E-mail Compartir

Cavilar, ¿qué es? Pensar, reflexionar, meditar, razonar, examinar, soñar, concentrarse, reconcentrarse, profundizar.

- ¡Tanto! ¿Todo a la vez?

- ¡No!

Cavilar es, en fin, distintas maneras de dar vueltas a una idea o a variadas ideas que bullen en nuestro cerebro, en nuestra cabeza.

En este tiempo, y no solo hace pocos días, no pocas semanas, sino algunos meses, cavilar fue una acción individual, o compartida, que pudo tener características trascendentes, cruciales.

Cavilar fue necesario, porque, a unos más, a unos menos, les ha ocurrir algo parecido, las ideas, las variadas propuestas de ideas a unos les producen interés, a otros, inquietud, sino contrariedad. Es probable que algunos hayan adoptado una decisión, conforme han pasado los meses, las semanas, los días y las horas. Es probable que para algunos el timón esté fijo hace años, y no ven razones para dar golpes o giros a ese timón. Otros, sorprendidos a cada vuelta de las manecillas del reloj o por cada hoja que cae del calendario, buscan claves para hallar razón meridiana a la decisión que han de adoptar o debieron adoptar algún domingo. Y no son pocas razones, no. No se trata tan solo de otear el horizonte a veinticuatro horas más, se trata de imaginar el espacio, el entorno en los próximos años, ni siquiera cuatro años, no todo tiene que ver con ese periodo, son más los años, es más larga la medida de tiempo. La decisión, mediando una raya vertical, tiene que ver con futuro, sueños, paz, tranquilidad, sosiego, ventura buena, justicia, verdad, crecimiento, desarrollo, equilibrio, salud, educación, calidad de vida, protección del medio ambiente, y más, más, muuucho más.

- ¿Por qué cavilar yo?

- Porque si tú lo haces, ese será un buen comienzo. Si cavilamos otros, dado que nos atinge, nos sumaremos. Y verás cómo sabremos que, independientemente del resultado, es una decisión buena, y no azarosa, arriesgada, ausente, o quizás errada.

Y así como hemos participado en la adopción de decisiones trascendentales que nos atingen a todos, ya sin egoísmos, sin prebendas, se nos avecinan nuevas, sucesivas y cruciales decisiones que requieren nuestra participación.

Cavilar es imprescindible. Cavilar es instancia previa de actuar, definir, decidir, tomar acuerdos o participar de ellos.

Cavilar es ponerles coto a los sueños, encauzarlos, hacer que sean posibles.

Cavilar se asocia con la reflexión, la prudencia, la sensatez. Si nos aficionamos en este empeño, controlaremos nuestros impulsos primarios, y tenderemos al diálogo, a la extensión de nuestras ideas, nuestros sueños, nuestras convicciones, nuestros sentimientos, nuestros conocimientos, nuestras experiencias, y sabremos de las experiencias, conocimientos, sentimientos, sueños, convicciones, ideas de los demás. En ese cotejo, en ese ir y venir, debemos procurar la armonía, el acuerdo, el equilibrio, el consenso.

¿Es posible? Sí, creo que sí.

No es más o menos Estado, es mejor Estado

"Nueva Constitución que en lo principal deja atrás el privilegio o veto de las minorías para dar paso a una democracia más plena y participativa".
E-mail Compartir

Según el Centro de Estudios de la Contraloría General de la República, entre todos formamos el Estado; los ciudadanos, sus organizaciones intermedias y los órganos superiores, formamos el Estado de Chile.

Estamos en el umbral de una nueva etapa de la historia de Chile donde el pueblo de Chile, en su diversidad y democráticamente, tomó la decisión de escribir una nueva constitución para con ello crear un nuevo escenario institucional para relacionarnos, desarrollarnos y minimizar los conflictos. En ese contexto se eligió a los representantes que tendrían la difícil tarea de escribir colectivamente un borrador de una nueva Constitución para que fuera sometida a la aprobación popular por medio de un plebiscito.

Para un sector importante de nuestra sociedad el modelo de los países desarrollados del mundo occidental es un faro que nos indica el objetivo a alcanzar, países que a su vez nos han acogido en la OCDE para cooperarnos. De las características más importantes de esas sociedades, cabe resaltar sus valores más significativos tales como la libertad y una democracia plena para ejercerla. Mientras más plena la democracia, mejor Estado.

Desde el triunfo del NO del año 1988, dejando atrás una dictadura, se comenzó a avanzar en esa dirección partiendo con una semi democracia o democracia protegida, en la cual habían senadores designados, continuaba como comandante en jefe del Ejército el mismo General que había liderado la dictadura cívico-militar, había un sistema binominal para la conformación del Congreso, es decir la voz del 34% de la población valía tanto o mas que la del 66% restante para la emisión de nuevas leyes, incluida lógicamente, la Constitución Política del Estado o Carta Magna.

La sociedad chilena lentamente fue dando pasos importantes como que el Comandante en Jefe del Ejército fuera nombrado por el Presidente de la República, que el Presidente de Chile fuera elegido con más del 50% de los votos, que los cupos parlamentarios dejaran de ser binominales y se aumentara el espectro político, que se realizaran elecciones primarias y/o segundas vueltas en las elecciones de presidentes, alcaldes y gobernadores, evitando que las minorías impusieran su voluntad o impidieran gobernar a las mayorías. Así el Estado de Chile fue avanzando hacia una democracia más plena, pero manteniendo aún el privilegio o veto del 34% de los votantes que impidieron en años pasados que se concretara la reforma constitucional de Bachelet o se modificaran leyes orgánicas constitucionales que condicionaban y condicionan nuestros derechos.

En unas semanas más los ciudadanos chilenos tendremos la obligación de aprobar o rechazar el borrador de la Nueva Constitución redactada y aprobada por al menos el 67% de los representantes que democráticamente elegimos hace un año atrás, Nueva Constitución que en lo principal deja atrás el privilegio o veto de las minorías para dar paso a una democracia más plena y participativa, que, como decía, nos acerca a los estándares de los países desarrollados donde las mayorías pueden libremente y sin veto gobernar.

Marcos Simunovic Petricio

Magister en Economía Política

Una propuesta que dejó heridos

La CC entregó el texto final de Constitución y no fue en un escenario de abrazos y vítores, es más, desde la derecha se repitieron las críticas y muchos anticiparon que votarán por el Rechazo. Sin duda que hay más divisiones que acuerdos, pero ese parece ser el sino de un país que difícilmente podrá lograr acuerdos sin que sus heridas del pasado se curen.
E-mail Compartir

Con similares aspavientos a los que hubo en su primera jornada concluyó la labor de la Convención Constitucional que tuvo la misión de entregar una propuesta de Constitución que será votada el próximo 4 de septiembre.

Sí se pensó que sería entre aplausos, abrazos y manos entrelazadas el escenario fue diametralmente distinto. Hubo claramente un sector representativo de la centroderecha y derecha que se manifestó en desacuerdo con el texto final y muchos de los que integraron la Convención se adelantaron en decir que votarán por el Rechazo.

En contrapartida, desde la otra ala del espectro político celebraban haber finalizado un trabajo que deja a la ciudadanía, al pueblo como eje central del texto.

Una vez más hubo acusaciones de quienes se sintieron postergados del debate y de las conclusiones finales que terminaron en alguno de los artículos. Lo de la "casa de todos" se miró desde distintos ángulos y los que opinaron que quedaron fuera recibieron la respuesta de quienes dijeron que por décadas estuvieron mirando desde fuera y hoy pueden entrar a la casa.

Sin duda que hay más divisiones que acuerdos, pero ese parece ser el sino de un país que difícilmente podrá lograr acuerdos sin que sus heridas del pasado se curen.

No se puede olvidar que hubo intentos por incorporar reformas a la Constitución de 1980 y que no lograron salir adelante salvo algunas indicaciones incorporadas en el gobierno de Ricardo Lagos Escobar.

Los quórum para reformar eran difícil de completar y esas fueron las trabas que encontró Michelle Bachelet. El Congreso repartía fuerzas y llegar a los dos tercios era casi imposible, pese a que algunas de las iniciativas respondían a demandas ciudadanas y si se hubiera avanzado en ellas el actual escenario sería distinto.

En la CC estaba la mayoría y fue el momento que encontraron los colectivos de izquierda para imponer los cambios. Estaban los 2/3 y más si era necesario, con ello no era necesario considerar ni siquiera oír a un sector que se había caracterizado por cerrarles la puerta en sus narices.

Así se llegó al fin y lo que hoy se someterá a plebiscito tendrá que revisarse bajo el ojo ciudadano que sólo espera condiciones para surgir y vivir en paz.