EE.UU. exige el cese de "atrocidades" de China contra uigures tras informe ONU
DD.HH. Pekín rechazó el duro reporte que reveló Michelle Bachelet en sus últimos minutos como alta comisionada y lo calificó como una "herramienta política" llena de "falacias". La expresidenta dijo que las "presiones" para no publicar la investigación.
Estados Unidos consideró que el informe sobre la política del Gobierno chino en la región de Xinjiang y con la etnia uigur, entre otras minorías musulmanas, refuerza su preocupación sobre "el genocidio y crímenes contra la humanidad" que China está cometiendo allí y pidió al país que cese esas "atrocidades".
El contenido del documento hecho público por la alta comisionada de Derechos Humanos, Michelle Bachelet, "ahonda nuestra grave preocupación sobre el persistente genocidio y los crímenes contra la humanidad que China está perpetrando", dijo la vocera de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
El informe afirma que el Ejecutivo chino pudo cometer crímenes contra la humanidad hacia los uigures y otras minorías étnicas musulmanas al aplicar políticas que han implicado detenciones arbitrarias masivas y otros graves abusos.
"Seguiremos trabajando de cerca con nuestros socios y la comunidad internacional para que China rinda cuentas", añadió la portavoz.
Estados Unidos también señaló su intención de solicitar al país que "cese inmediatamente esas atrocidades, libere a aquellos detenidos de forma injusta, dé cuentas de los desaparecidos y facilite a investigadores independientes acceso completo y sin obstáculos a Xinjiang, el Tibet y toda China".
La vocera recordó que Washington ya ha tomado medidas previas contra los hechos denunciados, como el fortalecimiento de las restricciones en la concesión de visados, sanciones financieras o controles en las exportaciones e importaciones.
China tachó de "herramienta política" y rechazó de plano el informe "lleno de falacias" elaborado por la ONU.
"El informe elaborado por la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos viola su deber (...) y está lleno de falacias", declaró el vocero del ministerio de Relaciones Exteriores de China Wang Wenbin.
El portavoz de la Cancillería afirmó que el texto no sería más que un "invento convertido en herramienta política" por parte de EE. UU. y los países occidentales, y agregó que se debe acabar con las "malas prácticas" y "dobleces" a la hora de politizar los derechos humanos.
Bachelet realizó en mayo pasado una visita controlada y restringida a Xinjiang para intentar conocer la situación de esa región ante las reiteradas denuncias de abusos.
Según estimaciones de la ONU, en Xinjiang ha llegado a haber hasta un millón de detenidos (entre 2017 y 2019) en campos de concentración que Pekín llamó en un momento "centros de reeducación" y que han funcionado, igual que las demás arbitrariedades, en nombre de controlar supuestas actividades terroristas.
Presiones
Bachelet lamentó que las presiones de determinados Estados miembros de Naciones Unidas dificultaran la elaboración del informe crítico sobre China, publicado minutos antes de que dejara el cargo.
"Dije que publicaría el informe antes de que acabara mi mandato y lo hice", destacó la expresidenta y afirmó que "para ser honestos, la politización de estas graves cuestiones de derechos humanos por determinados Estados no ayudó".
"Provocaron que la tarea fuera más difícil", subrayó Bachelet, quien también señaló que esas presiones afectaron a la posibilidad de que el informe pueda tener un impacto real.
El secretario general de la ONU, António Guterres, está "preocupado" por el contenido del informe, que según su vocero, Stéphane Dujarric, "confirma lo que el secretario general viene diciendo desde hace un tiempo: que deben respetarse los derechos humanos (...) sin discriminaciones".
Con respecto a las advertencias del embajador chino ante la ONU de que el contenido del informe podría dañar la relación entre su país y la ONU, Dujarric subrayó que el secretario general "valora el sistema de cooperación entre China y la ONU" porque "China es un socio extremadamente importante y esperamos que siga siéndolo".
Europa condena
En Europa, el alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, aseguró que los derechos humanos en la región de Xinjiang requieren "atención urgente" por parte del Gobierno chino, de la ONU "y de la comunidad internacional en general".
Añadió que la UE se une a la petición de los expertos ONU para "monitorear, informar y evaluar de cerca la situación".
Borrell recordó que "el informe se refiere, en particular, a la existencia de una amplia red de campos de reeducación política, detenciones masivas arbitrarias, medidas generalizadas de vigilancia, seguimiento y control; restricciones sistémicas y severas al ejercicio de las libertades fundamentales, incluida la libertad de religión o de creencias; así como el uso del trabajo forzado, la tortura, el aborto y la esterilización forzados, las políticas de control de la natalidad y separación familiar, y la violencia sexual y de género".
La ministra británica de Relaciones Exteriores, Liz Truss, junto con valorar la evidencia entregada, afirmó que Reino Unido seguirá actuando con sus socios internacionales para "poner fin inmediatamente" a las "tremendas violaciones de los derechos humanos en Xinjiang" cometidas por China.