Correo
Relativismo moral
Después de lo ocurrido en Valparaíso en la plaza Victoria el 27 de agosto (el adefesio de Las Indetectables), en La Alameda el 28 (la violencia de los carreteros y ciclistas) y en el Congreso Nacional el día 30 (diputados que pelean a golpes); hemos podido escuchar muchos juicios públicos, declaraciones en contra, querellas y otras reacciones. En el ambiente tan polarizado que vivimos, me llama la atención la expresión "enfermos de la cabeza" y la transversalidad de los reproches. Quisiera aportar sobre dos puntos que me parecen dignos de reflexión.1° La expresión "enfermo de la cabeza" es ambigua, en cuanto nos lleva a reconocer que, efectivamente, hay personas que son enfermas, pero también hay otras a las cuales más bien les vendrían otros apelativos por ser personas que hicieron el mal, traspasaron la ley, se desquiciaron, hicieron lo que es feo a los ojos, etc. No ser precisos en el uso de las palabras no solo trivializa el drama de muchas personas con problemas psíquicos; podría, además, liberar de responsabilidad a quienes cometieron una falta grave o delito. El Código Penal en el Art. 10 dice: "Están exentos de responsabilidad criminal: 1° El loco o demente...". Si bien el citado artículo tiene matices y requiere pericias, en una sociedad tan judicializada como la nuestra, no podemos vanalizar el alcance de las palabras usadas.
2° La condena transversal no hace más que confirmar que si existe una moral de mínimas, en la que podemos estar de acuerdo sobre lo que es bueno y malo. Es urgente recuperar esta certeza frente al relativismo moral y la pretensión de que cada uno puede hacer lo que le plazca y pretender que debe ser aceptado como bueno, bello y noble.
Ojalá la transversalidad de la condena ante los actos citados sea un punto de partida sólido en el proceso permanente de construcción de la sociedad y no una mera respuesta política ante los intereses por la elección del domingo.
Pbro. Felipe Lizama Silva
Opciones
No obstante estar conscientes que la propuesta de nueva Constitución es atentatoria contra los intereses nacionales, el orden institucional, el crecimiento económico y diversas libertades e igualdades, conduce a la desintegración de Chile y a una lucha fratricida y lleva en sí el germen de un régimen totalitario, numerosas personas, a regañadientes, votarán Apruebo en el plebiscito ratificatorio porque por ningún motivo quieren que continúe vigente "la Constitución de Pinochet".Espero que tales personas recapaciten, considerando que si optan por el Rechazo, la Carta Fundamental vigente podría ser reformada e, incluso, cambiada; no así si optan por el Apruebo, que establece una Constitución "pétrea".
Adolfo Paúl Latorre
Estado Regional
Durante mucho tiempo se asociaba el modelo de Estado Unitario al modelo centralista chileno. Sin embargo, resulta importante desmentir este mito para poder dar paso a la discusión seria sobre la descentralización.
Por esto es necesario precisar que pueden existir Estados unitarios descentralizados como lo son países como Dinamarca, Estonia y Suecia; versus países con Estado Unitario centralizado como Grecia, Irlanda y Turquía; o el mismo Chile.
La propuesta de nueva Constitución propone un modelo de "Estado Regional", que se define por algunos como un intermedio entre Estado Unitario altamente descentralizado y un Estado Federal centralizado. La propuesta comienza ya por una confusión conceptual, de la cual no se puede tener claridad en su forma.
Sin embargo, dentro de los países que se pueden considerar como "Regionales" y que destacan en su implementación; lo son Bolivia y España, ambos países con altos niveles de deuda pública, producto de su alta expansión estatal y alta autonomía financiera de sus entidades territoriales.
Sebastián Millán Calisto Fundación para El Progreso
A regañadientes
No obstante estar conscientes que la propuesta de nueva Constitución es atentatoria contra los intereses nacionales, el orden institucional, el crecimiento económico y diversas libertades e igualdades, conduce a la desintegración de Chile y a una lucha fratricida y lleva en si el germen de un régimen totalitario numerosas personas, a regañadientes, votarán "apruebo" en el plebiscito ratificatorio porque por ningún motivo quieren que continúe vigente "la Constitución de Pinochet".
Espero que tales personas recapaciten, considerando que si optan por el "rechazo" la Carta Fundamental vigente podría ser reformada e, incluso, cambiada; no así si optan por el "apruebo", que establece una Constitución "pétrea".
Adolfo Paúl Latorre