Solo faltan horas para que comience el plebiscito constitucional de salida, donde la ciudadanía habilitada para sufragar deberá aprobar o rechazar la propuesta de Constitución que escribió la Convención.

Votaciones que, además de la importancia cívica que tiene el decidir si aprobar o no una nueva Carta Magna, tendrán otro componente clave: su carácter obligatorio con inscripción automática.

Fue hace 10 años, en octubre del 2012, cuando debutó el voto voluntario y la inscripción automática en todo el país, para las elecciones municipales. ¿El resultado? Solo un 35,33% de la nómina electoral participó en los sufragios, de acuerdo con los datos del Servel. Una cifra que comenzó a marcar la tendencia de los años posteriores, donde no más del 50% del padrón participaba de los comicios.

Al mismo tiempo, marcó una diferencia en comparación a los procesos previos, donde la gran mayoría bordeó el 80% de participación en cada elección (ver gráfica). De hecho, la segunda vuelta presidencial del 2009 fue la que tuvo menor votos emitidos respecto al padrón habilitado para sufragar (78,43%) con el antiguo mecanismo.

La participación

Por lo anterior, y más allá de lo que reflejaran las encuestas antes de iniciar la veda, existe incertidumbre en cómo se comportarán los votantes en el plebiscito, y si su carácter de obligatorio incline la aguja a favor del Apruebo o el Rechazo.

Francis Espinoza, doctora en Ciencia Política y Estudios Internacionales de la Universidad Católica del Norte, destaca la última cifra emitida por Pulso Ciudadano, que estimaba que un "un 80% (77,1%) de gente iría a las urnas", dado el carácter de obligatorio del proceso.

En tanto, el analista político Osvaldo Villalobos sostiene que la participación estaría "cerca de un 70% del padrón. Y esto obedece a que no ha habido mucho ánimo de comunicar de manera más directa el tema de la obligatoriedad del sufragio. Y también hay muchas personas que, hasta el día de hoy, todavía consultan si es que hay que ir o no".

En cambio, para René Jara, doctor en Ciencia Política y director de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Santiago, "es muy difícil poder prever un escenario de participación, por dos razones: el voto obligatorio e inscripción automática -escenario inédito-, y por el cambio de los lugares de votación por el proceso de georreferenciación".

"Mientras el primer escenario supone un incremento de la participación, el segundo puede incidir en un relativo estrechamiento de la participación electoral. Tomando en cuenta esas variables, se estima una participación de entre 10 y 11 millones de personas", argumenta.

Grupo "obligado"

Sobre lo anterior, Villalobos indica que la georreferenciación "va a ser interesante analizarlo. Y vamos a comprobar o no, si es que la gente de verdad no votaba porque le quedaba muy lejos, ahora las personas quedaron relativamente cerca de su sector inscrito en el Servel".

Como sea, para el analista "el grupo que va a decidir la elección en esta oportunidad es, entre comillas, 'el grupo de los obligados', porque durante las últimas elecciones hemos tenido un 50% de gente que no participa para elegir sus alcaldes, ni diputados, ni presidentes. Ni siquiera votó para permitir o no un cambio constitucional. Y yo creo que ese grupo de los "obligados", que ahora tendrán que ir a sufragar, va a inclinar la balanza".

"Es un grupo muy difícil de leer, porque no sabemos si se abstenía de votar porque no le interesa el sistema político, o porque no le gustaba ninguno de los candidatos. En ese grupo hay jóvenes, mujeres, adultos mayores, clase media, segmentos C y D. No los clasificaría en torno a su condición etaria ni género", precisa Villalobos.

En tanto, Francis Espinoza destaca que "hay mucha energía de la gente joven, independiente de que sea un voto obligatorio. Veo una ansiedad por ir a votar". Un punto con el que coincide Jara: "El grupo decisivo para esta votación serán las mujeres y los jóvenes entre 18 y 30 años".

Además, Espinoza asegura que "el adulto mayor, que no estaba yendo a las urnas, sobre todo por los temas del Covid, o a veces elecciones excesivas cuando había unas tremendas papeletas, ahora lo veo muy motivado en ir. Son esos dos grupos de gente que, en el fondo, estaría motivada para a desarrollo su responsabilidad cívica".

Mientras, el académico de la Usach acota: "Respecto a los factores que puedan incidir en la votación de la Región de Antofagasta, me parece que la situación socioeconómica y la situación migratoria pueden incidir. No obstante, la elección de Gabriel Boric, en segunda vuelta, podría tender a balancear también la preferencia".