72, 23 y 2
"La encuesta Cadem parece leer muy bien lo que está pasando con el país. 'Lo estamos viendo venir' con absoluta impavidez y con pocas opciones de revertir la situación".
La última encuesta Cadem muestra números que pasaron algo desapercibidos, entre Carabineros asesinados, saqueos, el 18 de octubre y un proceso constitucional empantanado en la desidia y el oportunismo político.
Si dejamos por un momento, la alicaída imagen del Presidente Gabriel Boric y el gobierno en general y nos concentramos en los llamados "behind numbers" tendremos un panorama que es un tanto desolador en torno a lo que sienten los chilenos respecto a sus expectativas y a las del país en general.
72% de las personas tiene emociones negativas al hablar de la actualidad. Sentimientos como miedo, desesperanza y cansancio destacan en este grupo. Con estos números y si Chile fuese una persona podríamos decir que Chile necesita urgente una terapia profesional y quizás algún medicamento terminado en ina, ona o lam. Aunque también podría servir un buen coaching profesional y es que Chile tiene personalidad adictiva y con tantos remedios quedaríamos peor.
Incluso nuestro paciente (según dice la encuesta) aún no supera la crisis de hace 3 años, de hecho lo que nos llevó a esa crisis sigue sin solución. Los conceptos: pensiones, salud, educación, desigualdad y confianza tiene incluso peores números que hace 3 años. Es como seguir sufriendo por una expareja y eso sí que duele.
Solo un 23% de los encuestados entrega palabras positivas respecto a la actualidad, lo curioso es que solo se resumen en dos conceptos: Esperanza y tranquilidad.
Frédéric Nietzsche manifestó que la esperanza es el peor de los demonios, pues prolonga el tormento del hombre. La invitación del filósofo alemán es a vivir casi sin expectativas y tratar de adaptarse a un mundo siempre desafiante. Así parece estar la gran mayoría de los chilenos, al parecer de alguna manera ya aceptamos nuestro destino y solo queda esperar.
El porcentaje que más identifica el momento es el abúlico 2% que manifestó que la situación del país y su futuro le producen tranquilidad. Si aplicamos la cifra de error muestral (que toda encuesta tiene) podríamos inferir que en Chile no hay nadie tranquilo. No solo por la evidente crisis en seguridad pública, el crecimiento del narcotráfico y la migración sin control. Este 2% es el preludio de la crisis económica que comenzamos a vivir hace algunos meses y que deberemos afrontar juntos todo el 2023 y 2024.
Un ejemplo la quiebra de la conocida empresa constructora Claro Vicuña que tiene a cargo importantes obras con el Estado y que según el diario financiero acumula pasivos por cerca de US$ 60 millones. La mayor parte de esos pasivos son con empresas contratistas y proveedores. Ya podemos imaginar lo que producirá.
Así la encuesta Cadem parece leer muy bien lo que está pasando con el país. "Lo estamos viendo venir" con absoluta impavidez y con pocas opciones de revertir la situación. Miramos a Palacio y vemos más confusión. Miramos al Congreso y el panorama no mejora. Miramos dentro de nosotros mismos y encontramos miedo. Cerremos lo ojos...
Osvaldo Villalobos Corante
Analista Político