No era de extrañar que el Partido de la Gente (PDG) iba a ser un actor importante en las negociaciones en la actual Cámara de Diputadas y Diputados. La tienda del excandidato presidencial Franco Parisi hizo saltar a personas desde el anonimato a un escaño en el Congreso, logrando en total seis puestos. Y a pesar de que a simple vista pareciese una ínfima cantidad, hay que considerar que ni la oposición ni el oficialismo -integrado por Apruebo Dignidad y Socialismo Democrático- tienen una mayoría absoluta al interior de la Cámara Baja.
Por lo mismo, desde ambos lados han intentado tender puentes con el PDG para sumar votos.
Ahora, con siete miembros en su bancada -la diputada Gloria Naveillán se sumó posteriormente- figuran como pieza fundamental para decidir qué ocurrirá con el debate constitucional - proponen un nuevo plebiscito para consultar si la ciudadanía quiere o no una nueva Constitución-. y podrían inclinar la balanza en la elección de la nueva presidencia de la Cámara.
Entendiendo al PDG
Las elecciones del 2021 mostraron que el Partido de la Gente caló particularmente en la Región de Antofagasta. Logró elegir a Yovana Ahumada a la Cámara -donde es jefa de bancada del PDG-, obtuvo cinco cupos del Consejo Regional, y Parisi tuvo la mayoría en la primera vuelta presidencial en la zona.
Cabe indicar que desde el conglomerado han evitado reiteradamente manifestarse explícitamente sobre una tendencia o ideología política.
Para Darío Quiroga, sociólogo y analista político en "La Cosa Nostra", "el fenómeno del PDG podemos enmarcarlo en algo que no es tan nuevo, que es la lógica de los partidos instrumentales, que son aquellos que no surgen por vocación ideológica específica, sino que surgen porque son una herramienta necesaria".
Quiroga ejemplifica lo anterior con el caso del PRO de Marco Enríquez Ominami, que tuvo la misma dinámica: nacieron por un candidato presidencial emergente y que "luego necesitan algo que articule esa energía y adherentes que tienen".
En esa línea, Francis Espinoza, doctora en Ciencias Políticas y Estudios Internacionales de la U. Católica del Norte, recuerda que el PDG "es el partido más popular en todo el territorio", con 47.107 militantes a nivel nacional, y 3.152 en la región, según datos del Servel.
Asimismo, Espinoza indica que "tienen afinidad con la visión más pragmática que tiene la ciudadanía, una ciudadanía tal vez con muy poca formación formal en educación cívica. Condice también con una era muy postmoderna, que es el desarrollo de los populismos, de qué manera hago de las necesidades de la ciudadanía una agenda política".
En ese sentido, Quiroga subraya que "lo que hace interesante al PDG, es que cada vez más, con el paso de los años, la política está más lejos de los partidos tradicionales y por lo tanto más cercano a los movimientos, liderazgos y de ciertas dinámicas que emergen, pero tal como tienen ascensos muy rápidos, tienen caídas muy rápidas".
Tomar definiciones
Por lo mismo, el analista comenta del PDG que, "como justamente tiene una diversidad tan grande en su interior, es poco probable que pudiera tener una vida muy larga, a mi juicio, porque en algún momento va a tener que tomar definiciones".
Aclara que el partido "puede seguir existiendo muchos años. Pero cada vez que tenga que ir tomando definiciones, algunos de sus integrantes que estaban más cercanos a la centroizquierda o el centro, van a tomar diferencias, cuando empiecen a notar que el PDG estuvo por (José Antonio) Kast en segunda vuelta, o por el Rechazo en el plebiscito de salida. Claramente termina siendo más funcional la gran política a los intereses de la derecha, y eso probablemente hará que termine como un partido más bien satélite de la derecha, y no esta utopía de ser un partido absolutamente amplio y diverso políticamente".
En tanto, la académica de la UCN precisa que, si bien desde el partido generan encuestas por internet para conocer la opinión de las personas y con eso tomar decisiones, "su validación y legitimación política está sobre la base de este programa que hace Franco Parisi, los 'Bad Boys'. Es ahí donde ellos generan agenda, pero también hacen saltar a personajes que pudiesen ser candidatos. Es una política un poco distinta a lo que estamos acostumbrados".
De todas formas, Espinoza señala que "lo que percibo es que cada vez más habrá una irrupción más profunda de esta postdemocracia en la política tradicional, y nos vamos a tener que acostumbrar a estas disrupciones como en el caso del Partido de la Gente y su popularidad".
Lo que se viene
Mientras, José Miguel Cabezas, académico del CISS de la U. Mayor, menciona que la postura que tome la bancada del PDG en las negociaciones constitucionales y en la elección de la directiva de los Diputados, podría servir como vaticinio de lo que queda de periodo legislativo.
"Eso va a determinar mucho cómo van a ser las votaciones que se vienen. Lo que queda de este año y el próximo año calendario, al Ejecutivo le va a seguir yendo mal en términos políticos y sociales (...). Es ahí donde el Partido de la Gente tiene que ser capaz de ubicarse bien", comenta el académico.
Sin embargo, enfatiza que "el problema o desafío que tiene el PDG -al igual que los republicanos, que son partidos emergentes con representación parlamentaria-, es que están negociando con animales políticos que han estado décadas haciendo esto. Saben negociar mucho mejor que lo que hacen parlamentarios nuevos. Es un tema de experiencia más de habilidades. No es que no la vayan a tener en cinco años más, pero hoy día juegan amateurs con profesionales".
Y, además, Cabezas explica que los tercios que representan a Chile Vamos y el socialismo democrático "perfectamente se pueden juntar, lo que históricamente era la centroizquierda y la centroderecha. Sin ningún problema". Esto, argumenta, porque "los partidos emergentes, tanto Republicano como el PDG, son una amenaza a todos quienes estaban en el poder de los 30 años".