El pintor y maestro Salvador Lauriani
Por los años 80 un funcionario de la Universidad del Norte me contó que tenía un hijo estudiando arte en Valparaíso. Años después conocí a Salvador Lauriani Olivares, un joven artista visual que hacía uso de las técnicas tradicionales del óleo y el acrílico. Utilizaba el collage magistralmente, con cierto barroquismo latinoamericano. Poseía una formación técnica rigurosa y era certero en sus ideas y juicios. Usaba formatos pequeños pero densos de contenido. Le fascinaba la carga de sentido profundo en la obra.
Salvador nació en Iquique el año 1967. Estudió Pedagogía en Artes Plásticas en la U. de Playa Ancha, Valparaíso. Fue docente en la Escuela de Diseño de la Fundación DUOC, UC Viña del Mar. Participó en numerosos eventos y su trabajo se expuso colectivamente en Chile, Perú, Ecuador y México. Participó en la IX Bienal Internacional de Arte de Valparaíso.
Obtuvo innumerables reconocimientos en diversos encuentros de pintura. Formó parte del Taller Bavestrello, grupo multidisciplinario del arte porteño. Fue un enamorado de Valparaíso, pese a que terminó encarnándose en el movimiento plástico de Antofagasta.
En Santiago expuso en el Museo de Bellas Artes, Instituto Cultural de Providencia, Instituto Chileno - Norteamericano de Cultura, Galería Praxis, Estación Mapocho, Centro Cultural Monte Carmelo y en la Primera Trienal Internacional de Arte, 2009. En Antofagasta realizó una muestra retrospectiva en el Centro de Extensión de la U. de Antofagasta, que destacó sus 20 años de carrera en la zona central del país.
Siempre conté con sus obras en "Cristo en el Arte", incluso en 2018, y en el Salón de la Plástica Antofagastina. Salvador buscó el Rostro de Cristo a través del Arte, hasta con sentido del humor y a pesar de la crítica.
Su última tarea docente fue la de dirigir el destino del Colegio San Patricio.
Hoy para Lauriani, el velo cayó, se descorrió, todo es plenitud. El fallecimiento de Salvador Lauriani se une este último tiempo al de Juan Salva, Ricardo Coca en EE.UU. e Iván Lamberg en Santiago.
Nosotros, desde el Liceo Experimental Artístico, donde mis alumnos te conocían, te decimos: ¡hasta pronto, Salvador!.
Waldo Valenzuela, pintor.