Apatía por proceso constituyente
Sólo los Republicanos manifestaron que, tras el triunfo del Rechazo en el plebiscito de salida, no era necesario insistir en la redacción de una nueva Carta Magna. Lo cierto es que este ambiente de indiferencia tenderá a cambiar con el paso de los días y un gran porcentaje de esta misión será lo que puedan hacer la comisión de expertos.
Las últimas encuestas han dejado en claro que el nuevo proceso constituyente ha dejado de estar entre las prioridades de la comunidad. Casi un 90% de los encuestados, se manifiestan que este renovado y acotado proceso no les llama mayormente la atención y creen que los esfuerzos de la clase política y de las autoridades debieran enfocarse en temas más inmediatos como la seguridad y la economía.
Se está muy lejos de aquel plebiscito de entrada de octubre de 2020, cuando el 78% de los chilenos dijo en las urnas que "Sí", que era necesario iniciar un camino para modernizar la actual Carta Magna. Era la prioridad de aquel momento, pos estallido social y en plena pandemia por el covid-19.
Hoy a casi 2 años y medio la situación es diametralmente opuesta. El desgaste y los errores del proceso anterior pudieron desalentar a la comunidad que ya no ve la urgencia de avanzar en este desafío, más aún, con la modalidad de redacción que saltó de un sistema con gran participación ciudadana a otro mucho más acotado.
Previo a este escenario, sólo los Republicanos fueron los que alzaron la voz para exponer que ya no era necesario exponer a los chilenos a un nuevo proceso y nuevas elecciones. Lo veían como un gasto innecesario de recursos y tiempo.
Hoy, son muchos quienes se suman a esa postura ante la apatía del electorado y creen que es muy poco lo que aportará el trabajo de la Comisión Experta y de los consejeros constitucionales.
Lo cierto es que este ambiente de indiferencia tenderá a cambiar con el paso de los días y un gran porcentaje de esta misión será lo que puedan hacer los expertos, quienes con las dificultades propias avanzaron y pudieron acordar los "mínimos comunes" para la Constitución.
Esto empezará a darle carne a un proyecto que será presentado para que sea analizado por los futuros consejeros constitucionales, quienes serán elegidos la primera semana de mayo próximo.
Del desánimo y la apatía se tiene que pasar a un estado más esperanzador y coincidir que la oportunidad creada no se puede perder por segunda vez consecutiva.
Chile tiene la oportunidad de modernizar su carta fundamental y cuenta con la participación de expertos que han estado dispuestos a trabajar por el país.