José Fco. Montecino Lemus
Una visita exprés, pero intensa. Así se podría describir el paso de Bernadette Meehan, embajadora de los Estados Unidos, por la Región de Antofagasta el martes pasado. Y es que la representante norteamericana en Chile no paró durante todo el día: sostuvo reuniones con los rectores de las universidades locales. Luego fue al Iceduc para conocer un mural realizado por mujeres de 10 a 17 años estudiantes del colegio llamado "La Mujer en la Ciencia", en donde los estudiantes la recibieron cálidamente, e incluso aprovecharon de sacarse fotos con ella.
Tanto en su paso por el Iceduc como en esta entrevista, Meehan señaló: "Para mí como embajadora, una de las cosas más importantes que hago es viajar fuera de Santiago. Tengo reuniones con miembros del Gobierno, en el Congreso, pero para conocer realmente Chile, tengo que conocer a la gente, y para eso debo viajar fuera de la capital para escuchar y aprender todo lo que las personas tengan que contarme".
Durante su visita conoció varios proyectos astronómicos. ¿Cuáles son los desafíos que se vienen para Chile y Estados Unidos para seguir avanzando?
-ALMA acaba de celebrar su décimo aniversario, y lo que es increíble de este proyecto no solo es la colaboración entre ambos países, sino con la comunidad internacional en general, con partners europeos, de Asia, Chile, Estados Unidos, Canadá. El espacio y la ciencia es algo que debería ser abierto para todos, porque beneficia a toda la humanidad cuando avanzamos juntos en esas áreas.
Ha sido asombroso visitar Antofagasta. Estuve en la Universidad Católica del Norte y en la Universidad de Antofagasta, para evaluar posibles asociaciones en cuanto a astronomía, ciencia y geofísica. Además, nos estamos aliando con las universidades para presentar una conferencia sobre el impacto de grandes alturas en la fisiología humana. Hay áreas fantásticas para cooperar mutuamente.
¿Qué otros proyectos científicos están invirtiendo desde el gobierno estadounidense en la región?
-Tenemos proyectos en Astronomía; también hemos invertido en investigaciones sobre cómo las grandes alturas afectan a la fisiología humana; nos estamos involucrando más en iniciativas sobre el agua y la exploración oceanográfica. Y todo esto está conectado con proyectos científicos que también tenemos en otras partes de Chile. Invertimos casi US$500 millones anuales en investigaciones en el ártico; tenemos más de US$1 billón invertidos en infraestructura científica, principalmente ligada a la astronomía en Chile, y eso está cubierto por nuestros fondos nacionales destinados a investigación y ciencias. En Santiago, nuestra embajada es única porque es de las tres en el mundo que tienen oficinas de estudios militares destinados exclusivamente a la ciencia. Tenemos a la Fuerza Aérea, Marina y Armada cooperando científicamente con Chile desde Arica hasta Punta Arenas y la Antártica.
Sobre el litio, ¿cómo se podría unir Estados Unidos y Chile para extraer este mineral y potenciarlo?
-Cobre y litio son minerales cruciales para la energía del mundo. En particular, el litio es muy importante, porque es parte de la revolución de las energías limpias. Es algo en el que tenemos mucho interés. Albemarle es la principal compañía involucrada en la producción de este mineral. Tienen instalaciones en el Salar de Atacama, pero también tiene una planta aquí, en La Negra, en Antofagasta. Lo que es increíble de los negocios que realizan los privados estadounidenses no es solo ganar dinero, sino que también el uso sostenible del mineral, y devolver a la comunidad invirtiendo en escuelas y becas. Albemarle da varios millones de dólares a las comunidades indígenas que viven en el Salar de Atacama; Freeport - McMoran invierte en la Escuela Don Bosco, en Calama, que incentiva a jóvenes que quieren adentrarse en la minería, así cuentan con las habilidades y preparación que requieren para hacerlo. Los negocios de Estados Unidos no son solo para hacer dinero y avanzar tecnológicamente, sino que para ser un buen vecino con las comunidades chilenas donde se trabaja.
¿Ha sido un desafío que las empresas se acerquen a las comunidades?
-Es algo en que Albemarle y Freeport - McMoran se enfocan mucho. De verdad quieren ser buenos vecinos con los habitantes, especialmente en Antofagasta, donde tenemos muchas comunidades indígenas. Queremos que las empresas estadounidenses sean respetuosas con la cultura, tradiciones y herencia de estas localidades. Albemarle, por ejemplo, da millones de dólares anuales para las localidades indígenas, que pueden ser gastados en lo que ellos definan, la empresa no les dice cómo usar los fondos, y esto los beneficia para mejorar su infraestructura educativa de esas comunidades. También se enfocan mucho en la problemática asociada al agua, porque es un recurso escaso acá en el desierto, por lo que se preocupan de tener un uso eficiente. Por ejemplo, en la producción del litio no se utiliza agua potable o dulce, sino que se utiliza agua salada que se puede encontrar en el desierto. Por eso, nos aseguramos de ser responsables con las comunidades en las cuales operan nuestras empresas.
¿Qué rol puede jugar Estados Unidos en la especialización de los estudiantes de la región?
-Estados Unidos tiene muchos convenios con las dos principales universidades regionales. Tenemos el "American Corner and American Space" en la Católica del Norte, donde cualquiera puede ir para aprender inglés, sobre la cultura de Estados Unidos y su historia de manera gratuita. Tenemos programas específicamente para incentivar el aprendizaje de STEM (matemáticas, ciencias, tecnología), especialmente para las mujeres, porque queremos fomentar que más chicas participen en estas áreas. También colaboramos para dar becas para aprender inglés y así dar oportunidades para que jóvenes chilenos vayan a Estados Unidos a estudiar, y para que estadounidenses vengan a Antofagasta para participar en estudios e investigaciones, además de en clases sobre ciencia y tecnología.
¿Cómo se potencia la presencia de mujeres en áreas como minería o la ciencia?
-Como embajadora y mujer, es importante ver más mujeres obteniendo oportunidades. Y creo que hay dos cosas que diría al respecto: la primera es que cuando vamos a lugares como Freeport - McMoran o Albamarle tienen programas donde entrenan, equipan y reclutan mujeres para hacer trabajos que usualmente se pensarían que son de varones. Entonces, al ir a Freeport - McMoran, por ejemplo, en las minas de cobre, se ve a mujeres conduciendo equipos gigantes, porque no hay motivo por el cual no deban hacerlo igual de bien o mejor que sus colegas varones. Y algo igualmente importante es motivar a las compañías estadounidenses que aseguren la ubicación de mujeres en cargos donde puedan liderar. Donde no solo hacen trabajos de un nivel básico o inicial, sino que también ayudan a tomar decisiones. Y por lo mismo motivamos a estas empresas a reclutar y contratar mujeres que vivan en la zona para que puedan ser parte de esto y además entregarles oportunidades profesionales para trabajar en gestión o sentarse a conversar con los directivos. Para que así, tengan la palabra sobre cómo todo esto se desarrolla en medio de estas comunidades.
¿Qué proyectos futuros se vienen en Antofagasta?
-Tenemos una larga lista. Antofagasta es un lugar donde hay muchas oportunidades en negocios, ciencia, tecnología y educación. Por lo que tenemos muchas oficinas de la embajada acá. Solo en este viaje mis colaboradores de la oficina de diplomacia exploraron las formas en que podemos colaborar en educación. Tenemos a nuestro director de American Space para determinar cómo podemos ofrecer más clases de inglés, más becas y oportunidades para intercambios y capacitaciones para ir a Estados Unidos y traer a estadounidenses aquí. Tenemos a representantes de nuestra oficina científica de la Fuerza Aérea, que buscan aumentar la colaboración en Astronomía. Iré a visitar junto con colegas de nuestras oficinas de servicios comerciales a La Negra, para aprender más sobre lo que está haciendo Albemarle, y también iré a Finning, para conocer más de lo que está haciendo Caterpilar, la empresa estadounidense que produce equipos tecnológicos y todo lo que hacen. Todas son oportunidades para mejorar las colaboraciones con la ciudad y la región de Antofagasta. Hay mucho más que está por venir.