Ricardo Pinto Neira
Las estadísticas en el fútbol siempre hablan mejor que las buena intenciones. Cobreloa no logra ser un visitante peligroso, perdió otra vez cometiendo errores fatales en su última línea, amarró su quinta derrota en el torneo como forastero y volvió a desperdiciar una inmejorable opción de ser el exclusivo líder del torneo.
Y esta vez fue ante un rival que hizo poco o nada y que con suerte, aprovechó los evidentes regalos de un equipo loíno que careció de ambición jugando fuera de Calama.
Lo demostró el primer tiempo, donde tanto estudio llevó el partido a la refriega y el excesivo control. Los mineros tenían algunos momentos de claridad cuando sus extremos, Cristián Insaurralde y Sergio Vergara decidían encarar y allí, el equipo de Emiliano Astorga se acercó a ratos.
El mismo Vergara fue el que estuvo más cerca de abrir la cuenta tras un centro de Yerko Águila pero no logró darle buena dirección a su remate.
Lejos del repunte que mostró en las últimas actuaciones, el elenco "Caturro" no era muy ofensivo y apenas un cabezazo de Carlos Muñoz hizo trabajar al golero Hugo Araya.
Lo demás fue pierna fuerte, disputa permanente y juego detenido. Una dinámica que al visitante le servía, pensando en la reacción que suele tener en los segundos tiempos.
Definición
El complemento traía consigo la obligación de que uno de los dos equipos adelantara líneas en ese ida y vuelta para buscar el triunfo que los posicionara mejor en la tabla.
Y como en las últimas expediciones loínas fuera de Calama, fue Cobreloa quien parecía acomodarse mejor. Ganando metros, con Felipe Villagrán más adelantado y donde precisamente el mediocampista sacó un latigazo desde distancia que se estrelló en el horizontal cuando Eduardo Miranda estaba totalmente batido.
Allí surgió el segundo aire porteño, que comenzó a aproximarse a la valla naranja con remates desde distancia. Lucas Cepeda puso el primer aviso ante la pasividad defensiva del visitante pero sería un remate inofensivo de Marcelo Cañete, sin mucha marca en frente y con la clara complicidad del golero Hugo Araya el que desequilibró el marcador. En los 65' un tanto absolutamente evitable desmoronaba la planificación de Astorga.
Una aproximación de Insaurralde pareció destellar una reacción pero ni desde la banca con los cambios ni con las ideas, los "Zorros" fueron más. Por eso, no extrañó que de un largo despeje y error de Felipe Villagrán en el despeje, Carlos Muñoz sentenciara la brega en los descuentos.
Ganó apenas el que tuvo más contundencia. A ocho fechas del final, había que salir a matar o morir. Y Cobreloa sigue sin mostrar esa jerarquía que se requiere para marcar diferencias definitivas.