Alberto Mayol habló de pérdida de legitimidad de instituciones y la violencia en Antofagasta
SOCIEDAD. Otro de los temas de análisis del sociólogo fue la falta de reciprocidad en el sistema neoliberal.
"La violencia es preocupante, por supuesto, porque significa que se rompió el tejido social y no estamos siendo capaces de enfrentar la situación".
Este es parte del análisis de Alberto Mayol, sociólogo autor del texto "Big bang, estallido social 2019", quien ayer conversó con los sitios soyantofagasta y soycalama (video disponible en éstos).
Mayol abordó las causas de la crisis social vivida y deslizó ideas respecto a la violencia en la capital regional. Apuntó que un aspecto fundamental es reconocer que, en general, las regiones mineras del mundo tienen más probabilidades de disrupciones e inestabilidad política. "Chile es un país relativamente exitoso, pero no es completamente exitoso en controlar esos elementos disruptivos, es decir, no ha conseguido llegar a niveles de control como los de Canadá o Australia (también mineros). Está situado en un término medio".
El académico de la Usach delineó que parece que se requiere un nivel de "tributación local", ya sea por una parte de los impuestos que ya existen o unos nuevos, con el objetivo de consolidar el diseño de las políticas públicas.
"Antofagasta es una víctima perfecta en momentos de caída institucional. Cuando se desploma la institucionalidad de un país, cuando la desconfianza es radical, las zonas mineras tienden a estallar con más intensidad. La razón es simple: la definición de la operación minera es por definición concentrada".
Mayol sostuvo que se han corregido hechos particulares, como la compra a los proveedores regionales, "lo que cambia radicalmente la cantidad de recursos gastados en un lugar" y evita la "situación absurda" que vive Antofagasta de subconsumo, a pesar de tener un alto PIB per cápita.
Para el autor, un problema de fondo es la desigualdad, que es más compleja que la definición de que unos tienen más que otros, sino que debe ser entendida como que algunos "no devolvieron lo que tenían que devolver".
"Lo que pasó en Antofagasta es muy duro, muy intenso por todos los pecados cometidos: los problemas urbanos gigantescos, los problemas de no haberse hecho cargo de los campamentos. De eso estamos hablando".
El derrumbe
En un plano más amplio, precisó que el estallido nacional tuvo otros similares en 40 países solo en 2019. Lo mismo ocurrió en 2011.
También entregó su visión respecto de la caída de la legitimidad a nivel de lo que él llama "los moduladores".
"Las instituciones actuales son comparables a los ritos antiguos y lo que hace un rito es darle una energía o caminos a una sociedad. Chile tenía una densidad institucional muy elevada, la gente confiaba mucho en sus instituciones. Salimos de una dictadura y la institución mejor evaluada eran las Fuerzas Armadas. Eso se derrumbó, en la política, empresarios, la Iglesia".
Otro factor determinante, según su análisis es la falta de reciprocidad en el sistema chileno. "Todos esperan dar, pero también recibir, y la élite es percibida como una que no devuelve en base a los recursos sociales que usa".
El escritor y académico también tuvo críticas a la intelectualidad nacional (más que a la clase política), respecto a la incapacidad de advertir el problema que estaba en ciernes.