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El plebiscito del año pasado marcó la irrupción de numerosos electores que antes no habían participado de votaciones.
De la lista, caiga, es mucho más alta.
-Claro, la derecha hizo una lista única.
-La derecha es la menos transformada en este último período, la que menos cambios ha sufrido. El resto de la 175 listas es una salto al vacío, porque nunca habíamos tenido una proporcionalidad de independientes tan grande y nunca habíamos tenido listas de independientes. Y hay distritos en que la mayoría de las listas son de independientes. Entonces, no hay parámetros para distribuir. Para proyectar yo tengo que tomar una elección anterior. Siempre un pronóstico es tomar datos de otra elección para proyectarlos. La pregunta metodológica que uno hace es de dónde saco yo los datos para proyectar votos en 170 listas que no son de partidos. Y no se puede.
-¿Y a qué se refería con lo cualitativo y cuantitativo?
-La variable cualitativa es quiénes van a votar. Esto ya cambió en el plebiscito. Todavía no hay cifras oficiales del 25 de octubre, lo que hay son proyecciones, pero todas apuntan a que hay un millón 300 o un millón 600 mil personas que votaron y que antes no lo hacían. Y dejaron de votar muchos adultos mayores, como un millón. Entonces la pregunta es cómo se puede proyectar a ese millón y tanto que fue a votar y que no tiene antecedentes electorales. Y, en lo cuantitativo, es la cifra de personas que van a ir y que está relacionada con lo cualitativo. En Chile votan ocho millones de personas, eso es lo que votó el 2017 entre ambas elecciones. La hipótesis es que este millón nuevo está fuera de esos ocho millones, es decir, están en la órbita del 8 al 9 millones. Si van a entrar una serie de personas sin conducta electoral, sin antecedentes, tú no puedes hacer ningún pronóstico. No sabes cómo operan ellos. Porque votó mucha gente de sectores urbanos que antes no votaba, gente de 20 a 40 años de Puente Alto, La Pintana, Valparaíso...
-En la encuesta que publicaron ustedes esta semana no hay dudas de que la gente le da mucha importancia a la elección de constituyentes. ¿Eso se ha mantenido, ha crecido, ha disminuido...?
-Ha ido creciendo. En general, para todo el mundo es importante la elección de los constituyentes, pero yo diría que para las personas de pueblos chicos o sectores más populares, la elección de alcalde es más importante. Porque en la medida que usan los servicios municipales, tu alcalde es más importante. Y te diría que de las 345 comunas en Chile deben haber 200 o 250 comunas en las que el alcalde es muy importante. Sobre todo en las de menos de 40 mil electores.
-¿Y de qué modo influye la elección de alcaldes y concejales, que va en paralelo, con la de constituyentes? ¿Tiene algún impacto?
-Obvio, porque la elección de constituyentes en la mayoría de los territorios que no están en Santiago va a estar supeditada por la elección de alcaldes, porque el alcalde sí es conocido. Entonces, si quiero ser constituyente, ¿a quién me pego? Al candidato a alcalde. Entonces el alcalde va a decidir en muchas partes quiénes son los candidatos a constituyentes que van a salir electos.
-Llama la atención que por un lado hay conciencia de la importancia de esta elección pero por otra hay un alto porcentaje de personas que reconocen estar desinformados al respecto.
-Primero, nadie conoce a los constituyentes. En general te hablo de la población verdadera, no la que lee los diarios. Si la gente que lee los diarios participa en Twitter es un 10 o 15 por ciento de la población. El 85% no está en el día a día de la política. Hicimos una campaña corta con pandemia y con crisis económica y más encima saturada de candidatos, por lo que la gente no entiende nada. Aparte, es muy lógico que tú no visualices a candidatos de cargos que no existen. Y en este caso ni el gobernador ni el constituyente existen. Nunca han visto un gobernador. Entonces, si no han visto uno, se hace difícil que puedan poner atención a sus propuestas o nombres. Uno se acerca y se informa en base a lo que uno conoce.
-¿Y qué pesa más, el conocimiento del personaje o la lista que representa?
-Dieter Nohlen, que es como el teórico alemán más importante, ha estudiado las razones por las que la gente vota y son múltiples. Una cosa es ir a votar, pero una vez que la gente va, el principal factor es el conocimiento. Esa es la variable primaria. Y si el conocimiento coincide con tu afiliación política, mejor, pero son muy pocos los que hoy día votan así. Antes existía la cultura del voto. Pero hoy es más la persona que el partido. En la elección de alcaldes, por ejemplo, esto es muy notorio. Hay alcaldes que se pueden cambiar de partido y van a salir con los mismos votos. No es una variable el partido. De hecho, en regiones es muy usual que los concejales y alcaldes se cambien de partido de una elección a otra y da lo mismo. Y no estoy hablando de partidos vecinos, sino del otro lado.
-Aparece como muy posible que se va a votar sábado y domingo. ¿Eso favorece la cantidad de votantes?
-Sí, favorece y le quita toda barrera a personas que tengan alguna aprensión para votar. Es decir, ya no hay excusa para no ir a votar. Para ese grupo de adultos mayores que dejó de votar en octubre esta elección es una buena jornada para estrenar la vacuna oficialmente.
-La incógnita también son los jóvenes que salieron a votar por el plebiscito. Nunca habían votado por alcaldes…
-Es una incógnita lo que pueda pasar. Lo que demuestran los estudios es que los jóvenes votan parecido a sus familias. Pero hay un quiebre generacional muy grande, entonces la verdad es que ese millón puede saltar para cualquier parte. Ese millón va a influir en las comunas grandes porque los que más salieron a votar fueron jóvenes de comunas populares urbanas como Puente Alto, La Pintana, La Florida, de ese estilo de comunas. Y la incertidumbre se mueve ahí por grandes números por tanto pueden tener un impacto, pero más a nivel constituyente que alcaldicio. No sería raro que las papeletas no cuadren esa noche porque hay gente que se lleva el voto para la casa o que votan nulo o tuviéramos un nulo enorme de concejales. Todo puede pasar.
-Y no hubo aumento de contagios con el plebiscito, que era algo que se temía.
-No, si las elecciones no son para contagiarse. De hecho, en toda la experiencia comparada, que me tocó conocer, a través de Chile 21 y todas las reuniones que se hicieron en el Servel con Corea, con España, República Dominicana y otros países, la prevalencia de casos no aumentó en ningún país.
"La elección de constituyentes en la mayoría de los territorios que no están en Santiago va a estar supeditada por la elección de alcaldes, porque el alcalde sí es conocido".
"Es una incógnita lo que pueda pasar. Lo que demuestran los estudios es que los jóvenes votan parecido a sus familias. Pero hay un quiebre generacional muy grande".