Efe
Para Laura Pausini competir por un Oscar es tan inesperado que vive este momento como el Festival de San Remo, que hizo despegar su carrera a los 18 años. Desde entonces ha dicho que no a muchas películas en busca de algo "auténtico", como el tema "Io sì", que canta en el regreso de Sophia Loren a la gran pantalla.
"Todas las veces que dije no a cantar en una película ahora tienen sentido", asegura Pausini desde su casa en Roma, tras conocer que competirá en abril por la estatuilla más preciada de Hollywood.
Aunque prestó su voz para un tema de "Message in a Bottle" (1999), Pausini había rechazado componer para el cine, porque las propuestas que le llegaban le parecían "frías, con más marketing que corazón".
La cantante trabaja estos meses con una lista de 600 maquetas, de las que solo elegirá aquellas con las que sienta los mismos "escalofríos" que la adaptación al cine dirigida por el hijo de Loren, Edoardo Ponti, de la novela "La vida ante sí" ("La vita davanti a sé"), sobre una ex prostituta y sobreviviente del Holocausto que acoge en casa a niños pobres.
"Todo fue familiar. Él cambiaba una parte del montaje y yo una línea. Todos seguimos en un chat común y nos decimos de todo, cada nominación la vivimos unidos, ya sea en maquillaje o música", recuerda la artista.
Vivir la experiencia
Pausini, fiel a la espontaneidad que ha mantenido en más de tres décadas de éxito, no oculta su emoción: "Yo quiero volar a Los Ángeles, quiero estar ahí viviéndolo, pero haré lo que manden".
Hasta enero no fue consciente de que el Oscar podía llegar. Al comenzar el año Ponti llamó diciendo que muchos se estaban interesando por la canción. La ambiciosa maquinaria de Hollywood está muy lejos, en distancia y en espíritu, de una estrella que mantiene sus raíces en un pequeño pueblo del norte italiano.
"Cuando gané el Globo de Oro no estábamos en cuarentena y pude reunirme con mi familia. En realidad fue mejor hacerlos virtuales, porque nunca había celebrado un premio con mis padres y fue bellísimo", comenta la ganadora de varios Latin Grammy, Grammy y premios en Italia, España y Latinoamérica.
No sabe si ganará y por eso ha querido "adelantar el discurso" para dedicar este momento a su padre, "cantante, teclista, acordeonista y bajista" de un piano-bar, con el que empezó a hacer música a los ocho años.
"Yo quería ser una cantante de piano-bar porque no había muchas mujeres que se dedicaran a eso. Pero él me decía que era un sueño pequeño y que no tenía que soñar pequeño", rememora la cantante en su hora triunfal, una de las más dulces de su carrera que le lleva de vuelta a ese Festival de San Remo, que ganó con 18 años en 1993.