"A futuro podrían surgir variantes o virus más peligrosos, y debemos estar preparados"
De la Viruela al SARS-CoV-2, cada cierto tiempo los virus nos recuerdan que, aunque no los veamos, están presentes. Siempre listos para dar ese pequeño paso evolutivo que los puede transformar de inofensivos microorganismos, a una amenaza planetaria.
El doctor en Biología Celular y Molecular, Christian Muñoz Millas, ha volcado sus labores al estudio del comportamiento de los virus en los laboratorios de la Universidad de Antofagasta, donde incluso hizo de cabeza en la lucha contra la actual pandemia, dirigiendo un equipo de académicos y estudiantes que contribuyó al testeo PCR.
Muñoz explica que los virus, como otros microrganismos, deben ser una preocupación constante para científicos, autoridades y la comunidad mundial, por la peligrosidad que revisten y su capacidad adaptativa, que ha quedado en evidencia con la crisis actual del coronavirus.
Hoy la alerta mundial está dada por el SARS-CoV2 y su variante Ómicron, pero como dice el investigador, "siempre existirá el riesgo que una nueva cepa, una nueva variante, o un nuevo virus nos ponga en aprietos". Y para eso "hay que estar preparados".
Mutaciones
¿Qué son las variantes de los virus?
-En general cuando los virus se replican generan nuevas partículas virales dentro de un hospedero -en este caso una persona-, pero esas partículas no son 100% iguales, sino que ocurren cambios, mutaciones. En algunos casos se tratará de mutaciones sin sentido, es decir, que no tienen relevancia desde el punto de vista genotípico ni fenotípico. Pero en otros se tratará de mutaciones que potencian algunas propiedades del virus o le entregan otras que no tenía. Esas mutaciones que mejoran o agregan propiedades al virus, prosperan y dan origen a las variantes.
¿Principalmente en qué personas un virus puede adquirir mayores propiedades?
-Ocurre un proceso de selección, principalmente en las personas que no están vacunadas. Las personas que no tienen la vacuna no cuentan con los anticuerpos neutralizantes para evitar que el virus lleve a cabo sus procesos de replicación. Por ejemplo, en el caso del SARS-CoV-2, la población infantil no vacunada actúa como una fuente de selección de nuevas variantes, porque cuando se infectan, el virus puede mutar a variantes quizás más patogénicas, o que puedan transmitirse y contagiar más. Y esto ocurre principalmente porque este grupo específico no tiene una respuesta inmune entrenada que impida o limite que el virus realice todos sus procesos biológicos con éxito.
¿El SARS-CoV-2 tiene un proceso de mutación más rápido que otros virus?
-No. Este virus no muta más rápido que otros. El problema es que hay muchos hospederos disponibles, por ende, el proceso se amplifica, es decir, estamos creando variantes porque tenemos muchos seres humanos infectados. Además, su transmisibilidad es alta, como la de cualquier virus respiratorio, y eso hace que se propague rápido. Y como este proceso se produce simultáneamente en muchos hospederos, la cantidad de posibles mutaciones aumenta de manera significativa.
¿Qué es lo más peligroso que podría ocurrir con este virus?
-Lo más peligroso es que pueda surgir una variante para la cual las vacunas que tenemos actualmente sean ineficientes, es decir, que los anticuerpos que genera el organismo producto de la vacunación, no sean capaces de neutralizar esas partículas virales, fortaleciendo los procesos de evasión del sistema inmune. Eso obligaría a buscar nuevas formulaciones, realizar nuevos periodos de prueba y nuevos procesos de vacunación global que tomarían tiempo. En el fondo sería como avanzar tres pasos y retroceder dos.
La OMS incluyó a la variante Ómicron en su "lista de preocupación". ¿En este momento hay motivos para temer un retroceso en la pandemia?
-Hay motivo para tomar medidas preventivas, y esperar por supuesto más información científico-clínica respecto de la infectividad, replicación, patogenicidad, virulencia, evasión del sistema inmune por parte de esta nueva variante. Se debe precisar que esta variante posee 55 mutaciones en su genoma, de las cuales 32 se encuentran en la región que codifica a la proteína Spike. En palabras muy simples, significa que tiene 55 diferencias en el genoma respecto del virus original descrito en Wuhan. Por eso es una variante que necesita ser estudiada desde una mirada científica y clínica para tener una respuesta concreta sobre su peligrosidad.
¿Podría surgir a futuro un virus que sea altamente transmisible y altamente mortal, un súper virus?
-Siempre ese riesgo estará presente, y es por eso que las autoridades, la gente que trabaja en salud, los científicos, debemos estar preparados. Siempre estará el riesgo que una nueva cepa, una nueva variante, o un nuevo virus nos ponga en aprietos, como lo está haciendo actualmente este SARS-CoV-2. Tenemos que estar preparados para cualquier escenario, porque pueden surgir mutaciones que hagan al virus más eficiente, más patogénico, más transmisible o más mortal. Hay un gran signo de interrogación en todo esto, lo que sí sabemos es que no podemos bajar la guardia.
Considerando el comportamiento que ha tenido el virus hasta ahora, ¿cree que será posible erradicarlo algún día?
-No, podemos contenerlo, pero jamás erradicarlo. Este virus llegó para quedarse. Los virus están desde mucho antes que nosotros, habitando otros hospederos, plantas, aves, réptiles, mamíferos, y por procesos zoonóticos, saltan de una especie a otra. No debemos olvidar que el virus de la influenza, en especial el subtipo H1N1 que causó la gran pandemia de 1918-1920, lleva más de cien años con nosotros, y lo mismo sucederá con este virus.