La expectante participación de adultos mayores en segunda vuelta presidencial
PADRÓN. Este segmento etario ha evidenciado una menor participación en últimos procesos electorales, en lo que podría haber incidido el impacto de la pandemia.
El balotaje presidencial del 19 de diciembre próximo, entre José Antonio Kast (Partido Republicano) y Gabriel Boric (Apruebo Dignidad), volverá a posicionar los sufragios de los adultos mayores como un factor que podría resultar decisivo tras el ajustado resultado de la elección general del mes pasado entre ambos candidatos.
Un panorama que ocurre, sin embargo, en medio de la progresiva baja en la participación de un electorado que previo al Plebiscito de octubre de 2020 registraba la más alta votación porcentual en referéndum previos.
Según comenta María Canihuante (76), curadora del patrimonio del poeta y narrador antofagastino Andrés Sabella, los adultos mayores han restringido su participación en las continuas elecciones de este año por temor al covid-19. Además, asevera que el alto número de candidatos dificultó el proceso eleccionario para personas de la tercera edad.
"El peor problema que tuvimos los adultos mayores fue el famoso voto, que fue muy grande. Porque para poder llegar a lo que uno necesitaba prácticamente tenía que leerlo todo. Yo personalmente, que tengo autonomía y me manejo medianamente bien y escribo y estudio, me demoré ocho minutos en solo leer el voto de los Cores (consejeros regionales). Eso hizo el proceso demasiado largo (…) No es posible tener un voto tan extremadamente grande, porque después había que doblarlo de cierta manera, lo que a muchos complicaba y debieron pedir ayuda", afirma.
"El adulto mayor tiene mucho miedo a la pandemia y al contagio. A eso se debe, creo, que hay ausentismo en relación a otras votaciones", agrega Canihuante, quien destaca como aspectos favorables de la jornada electoral del 21 de noviembre pasado la preferencia otorgada en los locales de votación para que sufragara el grupo etario que integra.
Baja en participación
De acuerdo a datos del Servel, correspondientes al plebiscito pasado, el grupo etario 20-24 años registró la mayor participación electoral (56,99%), seguido del segmento 18-19 años (56,18%) y 25-29 años (55,91%).
Una evolución en participación electoral que dista de la de años previos: los segmentos etarios entre 60 y 74 años habían registrado las mayores participaciones electorales en las municipales de 2012, elección general de 2013, municipales de 2016 y elecciones generales de 2017. El peak correspondió al segmento 65-69 años (69,16%) en 2013.
El director regional del Servicio Electoral (Servel), Edison Moscoso, reconoció las dificultades que presentó la amplitud del voto de consejeros regionales en la elección pasada (97 candidatos), a lo que se agregaban otros tres votos por candidatos a la presidencia, a diputados y senadores. "La participación de los adultos mayores siempre es muy importante (…) Ahora se supone, que el proceso que viene el 19 de diciembre, será un proceso súper corto. El voto es muy pequeño y, por lo tanto, las personas tienen dos opciones para votar, por lo que será mucho más fácil", sostiene.
"Hay un protocolo sanitario, y un material sanitario que se entrega a las mesas receptoras. Lo mismo sucede con acción de los facilitadores (personal de apoyo Servel), por lo tanto, al igual que las elecciones anteriores se han implementado medidas sanitarias para los votantes", agrega Moscoso, quien sostiene que si un adulto mayor quisiera participar como vocal de mesa no se le puede impedir.
Voto asistido
En tanto, la doctora en Ciencias Políticas de la U. Católica del Norte (UCN), Francis Espinoza, también reconoce factores que han restado motivación a los votantes de la tercera edad en los últimos procesos electorales. "El adulto mayor representa el votante duro. Sin embargo, hay aspectos contextuales que han ido mermando la participación electoral. Sin duda la pandemia ha generado resquemores de ir a las urnas. Desde una perspectiva más logística, el exceso de candidaturas plasmada en enormes papeletas también ha desincentivado la voluntad de voto de la población adulta, pese a que se han pedido medidas y horarios especiales, atención de preferencia y desde el Senama (Servicio Nacional Adulto Mayor) se ha planteado la necesidad de un voto asistido. El agente Topo, Sergio Chamy, también ha sido utilizado como estrategia propagandística a través de su invitación a votar", opina.
"La preocupación más profunda que yo tengo es que la población más adulta ha perdido confianza en las democracias representativas, los partidos y los liderazgos políticos. Por ende, no es que el sistema se haya complejizado para el adulto mayor, este se siente decepcionado de los gobiernos y de la gobernanza de las políticas públicas en temas de jubilación y calidad de vida para quienes ya están en la tercera y cuarta edades", agregó Espinoza.
"El adulto mayor tiene mucho miedo a la pandemia y al contagio. A eso se debe, creo, que hay ausentismo en relación a otras votaciones".
María Canihuante, Votante de 76 años
"La preocupación más profunda que yo tengo es que la población más adulta ha perdido confianza en las democracias representativas, los partidos y los liderazgos políticos".
Francis Espinoza, Doctora en Ciencias Políticas