El porcentaje con el que se rechazó la propuesta de Constitución fue contundente. Un 63% sufragó en contra de la carta fundamental levantada por la Convención. Y ahora, con el Congreso moviéndose para buscar una nueva ruta para seguir con el proceso constituyente, también surge una duda: ¿qué se hace con el texto plebiscitado?
Y es que hay voces que desde el Parlamento han deslizado que lo idóneo sería un mecanismo más acotado y que permita tener una nueva Constitución en no más de un año. Una visión que también surge desde el Gobierno. Esta semana, la ministra del Interior, Carolina Tohá, mencionó a radio Cooperativa que "esperaría que, cuando se conmemoren los 50 años del golpe de Estado, tengamos acordada una nueva Constitución".
No es descartable
¿Se puede rescatar algo de un texto que fue rechazado con más del 60% del padrón? Más aun considerando la alta participación de los votantes.
En total, la propuesta constitucional rechazada en el plebiscito de salida del domingo 4 de septiembre contenía 388 artículos, divididos en 11 capítulos y contenidos en un libro de 178 páginas. Y, para la mayoría de los expertos consultados, no debería descartarse usar este texto del todo, más allá del resultado del 4 de septiembre.
"No creo que la propuesta de la Convención Constitucional sea ciento por ciento descartable", indica Rodrigo Espinoza, coordinador académico de la Escuela de Ciencia Política de la Universidad Diego Portales. "De hecho, parte de la conversación que se va a tener con los partidos políticos tiene que ver con cuál va a ser la línea de base bajo la cual trabajar. Y cuál va a ser mecanismo. Si acaso una comisión de expertos va a pulir la propuesta de la CC; o una nueva Convención, que vaya a trabajar haciendo reformas a este borrador, o simplemente va a haber un acuerdo parlamentario para reformar este texto".
Del mismo modo, Cristóbal Caviedes, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Católica del Norte, menciona que "no hay ningún impedimento, desde un punto de vista jurídico, para que el texto anterior pueda ser utilizado como insumo".
A lo anterior añade que, "por ejemplo, para el nuevo proceso se está hablando de que el texto que propuso la expresidenta Bachelet, que el cual el gobierno del expresidente Piñera no utilizó, puede ser un insumo valioso también. Creo que todas las constituciones anteriores que ha tenido nuestro país -y también la actual- son insumos buenos".
Otro matiz entrega Juan Pablo Díaz, académico de Derecho Constitucional de la Universidad Autónoma: "El resultado (del plebiscito) fue contundente. Hay que considerar, en un sentido general, qué fue lo que rechaza la ciudadanía. Entonces, desde ese punto de vista, hay que ver que el texto constitucional que había elaborado la Convención Constitucional era un texto que estaba muy cargado hacia un sector político. Muy extremo en su elaboración. De manera que el rechazo, tan contundente, es equivalente a rechazar los extremos políticos. Cualquier texto que sea de extremo -ya sea izquierda o derecha-, no es lo que quiere Chile precisamente".
Por esto, argumenta, "habría que revisar qué temas no son extremos, y esos podrían, a lo mejor, considerarse, o algunas temáticas nuevas, pero en un sentido de términos medios".
Sin embargo, Jerson Valencia, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad de Antofagasta, recalca que, "debido al alto rechazo que provocó en el electorado el proyecto presentado por la Convención Constitucional, no es sostenible -ni recomendable- utilizar insumos de dicha propuesta, debido a que posee disposiciones que fueron ampliamente rechazadas y que no gozan de legitimidad democrática".
Explica que "en caso de iniciarse un nuevo proceso constituyente, este debiese partir de una hoja en blanco. Pero intentando representar la voluntad mayoritaria del pueblo chileno. La historia constitucional e institucional chilena, y no las pretensiones de grupos particulares que erosionan y tergiversan dicha voluntad general".
Lo rescatable
Ahora bien, Díaz acota que se debería revisar las normas de la propuesta plebiscitada y discernir por cuáles temas no son extremos, "y esos podrían, a lo mejor, considerarse. O algunas temáticas nuevas, pero en un sentido de términos medios".
Para el experto, estas podrían ser algunas normas "que están relacionadas con derechos digitales y con derechos de cuarta generación, que esos podrían abordarse. Hay algunas temáticas ambientales que también, considerando ciertos términos medios, podrían tenerse en cuenta".
Coincide Caviedes: "Creo que lo que más se puede rescatar son aquellas normas que muestran cierta continuidad institucional, con respecto a las constituciones anteriores. Muchos de los derechos sociales se pueden rescatar. También se podrían rescatar los artículos relativos al medioambiente".
En tanto, Espinoza comenta que sería importante rescatar todo lo que tenga que ver, por ejemplo, "temáticas en materia de transparencia; todo lo que tiene que ver con las temáticas de igualdad política entre hombres y mujeres, es decir la democracia paritaria; los mecanismos de democracia directa, que son innovaciones bastante interesantes, como las iniciativas ciudadanas, las iniciativas en materia de reformas constitucionales, las iniciativas de derogación de leyes. Me parecen que son aspectos bastante interesantes que debieran mantenerse dentro de la discusión".
Además, agrega, se debería seguir con "la lógica de Chile como Estado regional. Creo yo que es un aspecto importante para mantener y tener en cuenta. Además, los aspectos vinculados con las neurodivergencias; todo lo vinculado a los derechos de los animales y el marco regulatorio para la protección de la naturaleza, e incluyendo todos los recursos hídricos".
Mucha constitución
Pero los expertos también recalcan que muchas de las normas contenidas en la propuesta de Carta Magna podrían ser tratadas en el Congreso.
Para Díaz, por dar un ejemplo, hay temáticas que podrían ser interesantes, pero que, "en realidad, son materia de ley, y no van en un texto constitucional. Sino que, a lo mejor, podrían ser abordadas de mejor forma en el Congreso nacional a través de una ley".
"Uno de los problemas del borrador de Constitución, en mi opinión, es que era demasiada constitución. Hay un montón de temas que estaban siendo tratados a nivel constitucional, que en verdad no deberían ser tratados, deberían ser tratados a nivel legal. Básicamente, las constituciones nunca han tenido la intención, ni deben ser, como una carta al 'Viejo Pascuero'. Las constituciones buscan es establecer normas básicas sobre cómo tiene que funcionar un sistema democrático, normas para controlar el poder, ciertos derechos básicos. Pero todo el resto se tiene que determinar a través de leyes", argumenta Caviedes.
la Constitución rechazada
"No creo que la propuesta de la CC sea ciento por ciento descartable. La conversación que se va a tener tiene que ver con cuál va a ser la línea de base".
Rodrigo Espinoza, Escuela de Ciencia Política UDP
"Creo que todas las constituciones anteriores que ha tenido nuestro país -y también la actual- son insumos buenos".
Cristóbal Caviedes, Profesor Derecho Constitucional Universidad Católica del Norte