El Ejército ucraniano lanzó ayer una contraofensiva en "muchos frentes" hacia las regiones del sur que limitan con la anexionada península de Crimea, avance que consiguió romper una primera línea de defensa de las tropas rusas en la región de Jersón, aseguraron autoridades militares de Ucrania.
"Las fuerzas del enemigo son bastante poderosas, se han estado moviendo allí durante mucho tiempo, reuniendo reservas militares, equipos. Pero nuestras medidas anteriores, lo que llamábamos control de fuego sobre la logística del enemigo, dieron resultado", afirmó la jefa del centro de prensa de coordinación conjunta de las fuerzas de defensa del sur de Ucrania, Nataliya Humenyuk.
Agregó a la agencia ucraniana Ukrinform que "se destruyeron almacenes con municiones, se destruyeron concentraciones de equipo militar y se destruyeron instalaciones de defensa aérea. Todo esto definitivamente debilitó al enemigo".
El diputado local y consejero del gobernador regional, Serguei Khlan, dijo que hubo ataques de artillería "y esto es el anuncio de lo que lo esperamos desde la primavera: el inicio del fin de la ocupación de Jersón".
Por su parte, el ministerio de Defensa de Rusia confirmó dicha ofensiva ucraniana, pero destacó que en la acción militar habrían muerto más de medio millar de soldados de las tropas enemigas.
"Como resultado de la activa defensa de las fuerzas rusas, las unidades del Ejército ucraniano sufrieron grandes bajas. Las pérdidas del enemigo ascienden a más de 560 soldados", dijo el general ruso Ígor Konashénkov, vocero de Defensa.
También relató que el avance se produjo en tres direcciones y se centró en las zonas ocupadas por las tropas rusas en las regiones de Jersón y Mykolaiv.
"Durante los combates se destruyeron 26 tanques ucranianos, 23 vehículos de infantería y nueve blindados de otras clases. También fueron derribados dos cazas Su-25", precisó y aseguró que la nueva ofensiva ucraniana, que, según el general ruso, fue ordenada por el presidente, Volodimir Zelenski, fracasó "estrepitosamente".
Por su parte, el grupo operativo-táctico "Kakhovka" del Ejército ucraniano aseguró que el regimiento 109 de la autoproclamada república prorrusa de Donetsk "se retiró de sus posiciones de la región de Jersón y los paracaidistas rusos, que los apoyaban, abandonaron el campo de batalla".
Evacuación
En tanto, la administración prorrusa de Nóvaya Kajovka, ciudad del sur situada en Jersón, ordenó ayer la evacuación de sus habitantes a refugios antiaéreos debido a los continuos ataques ucranianos con misiles.
"Hemos declarado la evacuación incluso de los puestos de trabajo. La gente se encuentra en los refugio antiaéreos de la ciudad, porque las sirenas (de alarma aérea) no dejan de sonar", dijo el jefe de la administración cívico militar, Vladimir Leóntiev, a la agencia oficial rusa TASS.
Agregó que en las últimas horas la ciudad, controlada por las tropas rusas desde marzo pasado, ha sufrido "más de diez ataques con misiles, y no de a uno sino en andanadas de seis y más misiles".
No obstante, Leóntiev indicó que la central hidroeléctrica de Nueva Kajovka, sobre el Dniéper, continúa funcionando, pese a que la instalaciones también fueron atacadas.
"El territorio de la central está bajo continuos ataques. El canal de la esclusa, la carreteras y los edificios que se encuentran en el territorios de la planta han sufridos daños", agregó.
También se registraron daños importantes en el mercado, donde según Leóntiev "nunca ha habido militares".
Nueva Kajovka tiene una importancia estratégica para la operaciones militares en la margen izquierda del gran río ucraniano.
560 soldados ucranianos murieron en el avance en el sur de Ucrania, según el ministerio de Defensa ruso.
El 109 regimiento