A Isabel Cortés Tabilo le gusta observar la "gente sencilla y esforzada" de Calama, el sol, los cerros, el río Loa, y sus pueblos mágicos del altiplano.

La escritora tiene una visión sensible y espiritual de la vida, algo que muchos han extraviado o desconocen en el mundo de hoy.

¿Naciste en Canela; qué marcó tu infancia?

- La vida sencilla en el campo, la naturaleza, los animales, las tradiciones, como la siembra, el arado y las trillas. Asimismo, sus tradiciones como cada tarde, la familia se reunía alrededor de un brasero a conversar, a tomar su rico mate, y compartir el exquisito queso de cabra asado en las brasas, con su churrasca recién horneada.

¿Cuál es la principal enseñanza que te dejaron tus padres?

- Ellos nos enseñaron primero que nada a ser personas de bien, a amar la vida, amar a Dios, tener fe, trabajar con responsabilidad y tenacidad para lograr nuestras metas. También la perseverancia, en luchar por nuestros sueños: "Si uno quiere puede, no hay imposibles".

¿Qué recuerdas de tus años de estudiante?

- Recuerdo con mucho cariño y nostalgia, que fue muy difícil todo, no teníamos los recursos para comprar libros; por ende, teníamos que ir todos los días a la biblioteca pública a hacer las tareas, ya que en esa época no existía internet.

¿Cómo llegaste a la escritura y la poesía?

- Creo fielmente que uno nace con un talento determinado, que debemos cultivar para no perderlo y tarde o temprano se descubre. En mi caso, me di cuenta que había nacido con ese don de escribir a los trece años, ya que tenía mucha habilidad para las letras, me encantaba hacer poemas inspirados en el amor y crear cuentos fantásticos que me hacían imaginar otros mundos.

Asimismo, participaba en los talleres literarios que impartían en el colegio y competía en concursos de poesía.

¿Qué dice el poema que más te identifica?

- El poema que más me identifica está publicado en mi libro: "Catarsis de la humanidad" (2006). Dice (extracto):

Que se pueden desatar cadenas de odios, y bañar generaciones de paz, que aún se puede amar, devolver a las alas su libertad. Encendamos el horizonte con sabiduría…

Mi poesía…

Quisiera ser un sueño/ que marcara todo un tiempo,/ quisiera ser sonetos/ grabado en tus recuerdos…

Quisiera tornar ideales/ transformar cienos en cristales,/ escribir tantas cosas…/ Que muchos olvidaron.

Mientras la vida avanza/ tocando las estrellas,/ mientras mi mundo fenece/ sepultada en quimeras.

O idealismos ridículos/ como muchos lo llamaron,/ que se va fugaz el siglo/ tras el torrente infinito,/ cómo se pierde triste,/ mientras el universo duerme./ ¡Oh, despierten!...

Aún se escucha el suave trino del amanecer,/ con su estela maravillosa,/ que nos invita a sentir/ que el cielo podrá besar la tierra.

Los campos abrazar la naturaleza,/ ¡que aún se puede vivir!/ Que Dios es alfa y omega/ amor, justicia y verdad.

Que aún eres tú, buscando una identidad,/ que se pueden desatar cadenas de odios,/ y bañar generaciones de paz/ que aún se puede amar. Devolver a las alas su libertad, / olvidar quizás…

Que el mundo gira en capitales inertes,/ inmerso en un semáforo de escarlata,/ un cigarro que se apaga silente/ ahogado en el licor del abandono,/ mientras niños perecen/ famélicos, en el portal del siglo XX1.

Escucha… ¡escucha!

¡Aquella voz muy niña!/ ¡que rompe las escarchas!/ suplicando un trocito de amor/ mendigando el derecho a vivir./ ¡Por favor, siente!

No permitas que los peces,/ se conviertan en armas,/ que los astros se vuelvan máquinas./ Encendamos el horizonte con sabiduría…

¿Qué te gustaría que los demás supieran de ti?

- Que soy una persona sencilla, que desde niña fui muy sensible, inteligente y soñadora. Me gustaría ser recordada como una escritora nortina, quien perseveró mucho para publicar sus libros, y sueña con dejar un legado a las futuras generaciones, que mis siete obras literarias publicadas, sean un aporte a la cultura y los valores de la humanidad.

¿Cuál es el espacio de la región que más te gusta?

- Como espacio y fuente de inspiración me gusta contemplar los pueblos altiplánicos, me parecen mágicos. Como espacio cultural, me encanta la feria del libro, donde los escritores calameños, podemos mostrar nuestro arte.

¿Qué deberíamos aprender las personas que no enseñan en ninguna parte?

- Deberíamos aprender que todos tenemos algo que enseñar, atrevernos a compartir el aprendizaje de cada experiencia vivida. No en vano se dice que: "toda persona debería plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro".